{CHAPTER TWENTY FIVE}You Were Like A Father

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||ERES COMO UN PADRE PARA MI||

||ERES COMO UN PADRE PARA MI||

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Después de todo este tiempo, solo ahora lo comprendo. En nuestras carreras matutinas, cuando yo iba demasiado rápido para que pudiera seguirme el ritmo, desaparecía en el bosque y volvía a aparecer delante de mí unos segundos después. Diez ha intentado decírmelo. Le ha bastado verle una vez para saberlo enseguida. En esas carreras, Bernie Kosar se metía en el bosque para cambiar, para convertirse en un pájaro. Y la forma en que salía disparado al jardín por las mañanas, con el hocico pegado al suelo, para patrullar. Para protegerme a mí y a Henri. Para buscar señales de los mogadorianos. La salamanquesa de Florida. La salamanquesa que me observaba desde la pared mientras desayunaba. ¿Cuánto tiempo debe de llevar con nosotros? ¿Habrán llegado a la Tierra las quimeras que vi cargar en el cohete? Bernie Kosar sigue creciendo y a él se le suma el hámster de mi hermana que ha aparecido de la nada, o tal vez no lo vi por su pequeño tamaño y se están fusionando. Me dicen que me vaya corriendo. Puedo comunicarme con él. No, eso no es todo. Puedo comunicarme con todos los animales. Otro legado. Empezó con el ciervo de Florida, el día que nos fuimos. Un escalofrío me recorrió la columna cuando me transmitió algo, una sensación. En el momento lo atribuí a la tristeza de nuestra partida, pero me equivoqué. Los perros de Mark James. Las vacas con las que me cruzaba en mis carreras matutinas. Lo mismo. Me siento como un idiota por no haberlo descubierto hasta ahora. No podía ser más evidente, lo tenía delante de las narices. Otra de las frases favoritas de Henri: "las cosas más evidentes son precisamente las que más pasamos por alto". Pero Henri lo sabía desde el principio. Por eso se hizo el loco cuando Diez quiso decírmelo. Bernie Kosar y el hámster de Diez han dejado de crecer y fusionase; el pelo se les ha caído para dejar paso a unas escamas ovaladas. Parecen un dragón, pero sin alas. Su cuerpo está lleno de músculos. Dientes y garras afilados, cuernos enroscados como los de un carnero. Son más gruesos que la bestia y, aunque son mucho menos altos, su aspecto es igual de amenazador. Dos colosos, dos (fusionado en uno) y uno al lado del claro, rugiéndose el uno al otro.

«Corran -me dicen». Intento decirle que no puedo, pero no sé si me entiende. «Puedes hacerlo -insiste- Debes hacerlo». La bestia golpea. Un martillazo que empieza en las nubes y se descarga con brutalidad. Bernie Kosar y el hámster fusionados, lo bloquean con sus cuernos y ataca antes de que la bestia golpee de nuevo. Una colisión tremenda en el centro mismo del claro. Ellos dan un salto y clavan los dientes en el costado de la bestia, pero esta le aparta de un golpe. Sus movimientos son tan rápidos que desafían toda lógica. Ambos están chorreando sangre por los costados. Observo el combate apoyado en el árbol. Quiero intervenir, pero la telequinesia sigue fallándome. Sigo sangrando por la espalda. Tengo las extremidades pesadas, como si la sangre se hubiese convertido en plomo en mis venas. Siento que estoy a punto de desvanecerme. La bestia sigue erguida sobre sus patas traseras, y ellos tienen que luchar a cuatro patas. La bestia vuelve a la carga. Ellos bajan la cabeza y ambos se embisten, destrozando los árboles con los que chocan, a mi derecha. La bestia consigue quedar encima de su oponente, y le hunde los colmillos en la garganta. Sacude la cabeza a un lado y a otro, intentando desgarrarle el cuello. Aunque ellos se retuercen bajo la presa de la bestia, no consigue librarse de ella. Rasga la piel de la bestia con sus zarpas, pero esta no le suelta. De pronto, una mano aparece por detrás y me agarra el brazo. Intento apartarla de un empujón pero ni siquiera tengo fuerzas para eso. Los ojos de ellos están cerrados con fuerza. Está sufriendo bajo las fauces de la bestia, con el cuello oprimido, sin poder respirar.

SOY EL NÚMERO DIEZ °Legados de Lorien x Teen Wolf°Where stories live. Discover now