¡No soy una guardería!¡Solo cuido de mi!

Capítulo 8: hasta luego.

Wúmíng se acercó con cuidado hacia donde provenia la voz, encontrando un ventana, el hombre nervioso contestó.

–¿Me conoce madam?– le habló a la misteriosa mujer.

–¡Oh perdone mi descortesía!¡Mi esposo y mis hijos hablaron tan bien de usted que cuando lo vi por aquí tuve la necesidad de hablar con usted!– dijo avergonzada.

–¡Oh! Veo, perdoné mi reacción, me tomo por sorpresa– se avergonzó un poco.

Los dos hablaron un rato y luego Wúmíng se sentó en los escalones que había afuera de la cabaña.

–¿Le sucede algo maestro Wúmíng?– dijo la mujer preocupada.

–recorde malos recuerdos, sólo me sentí un poco deprimido por eso, pensé en salir a tocar unas cuantas notas para despejar mi mente– señaló su flauta negra.

–por favor toque, que mi presencia no lo detenga– insistió la mujer.

Wúmíng negó con su cabeza y luego tomando pequeñas bocanadas de aire, comenzó a tocar, una canción que llegó a escuchar alguna vez, cuando todavía era feliz y todavía no arruinaba la vida de los demás, al inicio de la tonada Wúmíng sintió que estaba mal tocar una canción que lan zhan había  compuesto, pero al final lo hizo.

La mujer permanecío en silencio hasta que la canción termino y dio unos pequeños aplausos, la tonada era simplemente encantadora.

–la canción es hermosa, lástima que una tomada que parece ser de un ritmo amoroso y llamativo, se vea ahogada por el sentimiento del dolor y la tristeza– habló y miro a Wúmíng el cual parecía estar sorprendido por la respuesta de la mujer.

–debe de ser horrible escuchar eso, perdoné mi interpretación– dio un reverencia.

–esta bien, los humanos sentimos y aveces esos sentimientos nos controlan a nosotros que nosotros a ellos, está bien sentir, eso demuestra que aún sigues siendo humano– aclaró la mujer.

–hace años que esté mundo me dejó de considerar humano, solo soy una amenaza y lo comprendo, no culpo a los que me odian y no odio a los que me odian, solo es gracioso escuchar como me considera humano cuando lo única que he escuchado es "monstruo"y la verdad no me quejo, tengo mis manos manchadas de sangre de inocentes como culpables, tal ves si soy un monstruo– giro su flauta.

–conque monstruo – resoplo la mujer– entonces ya somos dos– suspiró.

–¿Una mujer tan bella como usted?¿Un monstruo?– cuestionó.

–en mis manos hay sangre y no hay arrepentimiento, mi único arrepentimiento es no vivir la vida que soñé, viajar y conocer bellos paisajes, como el monstruo que soy me veo confinada aquí – lucía cansada.

–veo....solo dos en el mismo barco – dibujo en la tierra – pero entre monstruos nos ayudamos– le guiño – que le parece si este cultivador demoniaco se mancha un poco las manos y finge asesinar a una bella dama para que está pueda escapar y conocer los bellos paisajes que tanto soño.