Capitulo 32: ¿creciste mi pequeño a-yuan?

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Wúmíng corrió por el bosque con los pies descalzos, persiguiendo la luz de aquel pequeño niño que cuido en el futuro, corrió mientras recordaba las palabras de wen Qing de dónde estarían escondidos, siguió la luz hasta que llegando al pueblo se perdió entre la multitud nocturna, combinando con la luz de las linternas y las malas miradas de la gente al wúmíng que daba una imagen lamentable.

Wúmíng se sintió mareado y se acercó a una esquina para respirar mientras volvía a sus 5 sentidos ¿En qué mierda pensaba en hacer eso?¡Wei wuxian este no es el futuro!¡A-yuan todavía no nacía!¡Que tonterías estaba haciendo siguiendo él recuerdo del pequeño niño!......que lamentable.

Wúmíng se sentó en el suelo mientras observaba que no era el único que se vio envuelto en su locura nocturna, ya que vio al pequeño conejo enredada entre las sábanas que tapaba la cesta, wúmíng dió una pequeña risa y ayudo al pequeño animal a liberarse.

–creo que al pequeño Tàiyáng, no le gusta ser mi compañero de viaje.....perdón por arrastrarte aquí conmigo– después de la tímida disculpa el hombre miró al alrededor y vio que alado de sus pies desnudos y heridos crecía un diente de león, al ver aquel color amarillo, sonrió y lo arrancó para acercarselo a su acompañante obligado de viaje.

–¡Toma!¡Este es mi tratado de paz!¡Puedes comer este delicioso diente de león!– sonrió tranquilo.

El conejo pareció entender y se llevó a la boca la planta y comenzó a comer entretenido, wúmíng aprovecho esto para levantarse, sintiendo el ardor en cada paso, el dolor no era nada nuevo para él, pero era realmente incómodo caminar así y más aún sabiendo todo el recorrido que debía de hacer hasta su casa, así que decidió menor descansar un momento, encima de unas cajas de madera hasta que su optimismo regresará.

Se sentó en una caja y puso la cesta en sus piernas mientras miraba a la gente pasar, alguna de esas personas, lanzaban monedas en las piernas de wúmíng.

–¡Aiya!¿Acaso ahora ningún hombre puede sentarse en el suelo sin que piensen que es un vagabundo?– dijo con un tono molesto y divertido a la ves, recargando si espalda en una de las cajas y miró al conejo que aún no se acababa su flor.

Su vista se oscureció, cuando unos zapatos frenaron enfrente de él.

Al sentir una curiosidad inmediata, wúmíng also la vista y vio a un joven con una sonrisa enorme y tranquila, usando una túnica amarilla

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Al sentir una curiosidad inmediata, wúmíng also la vista y vio a un joven con una sonrisa enorme y tranquila, usando una túnica amarilla....¿Un Jin?.

–¿Un pavo real?– dijo para si mismo.

–¿Pavo real?– pregunto confundido el joven, dió una risita tranquila y se inco para estar a la altura del recostado wúmíng.

–¡Ah!– wúmíng se sorprendió al ver que no solo lo pensó y se reincorporo un poco, antes de que pudiera decir algo el joven siguió hablando.

–no puedo creer que esos cultivadores lo hayan dejado así, mire como está.....en estás condiciones..... tan lamentable, lo siento tanto por usted– el joven dió unas palmaditas cansadas en el regazo del hombre dejando un poco incómodo a Wúmíng.

¡No soy una guardería!¡Solo cuido de mi!Where stories live. Discover now