Capítulo 45: la mala manzana

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Wúmíng no entendió al momento lo que había sucedido hasta que el dolor de su garganta comenzó a arder nuevamente e hizo un gesto, recordando todo lo que pasó y miro alarmado a meng Yao.

–¿Que hago aquí?¿Que haces aquí?¿Que paso?¿Dónde estamos?– su cabeza estaba hecha un lío pero solo recibió una sonrisa tranquilizadora del otro lado.

–maestro Wúmíng no es necesario que se preocupe, este discípulo suyo está cuidando su espalda– dijo amable.

–¿Cuidado mi espalda?– volvió a sentir un gran dolor es su cuello y se toco su garganta descubriendo que ya había sido tratada.

–¿Le duele?– hizo un gesto de preocupación y tomando el medicamento que había traído hizo que el adulto se lo tomará.

Wúmíng sintió como el dolor se esfumaba al instante y quedó tan sorprendido que miro al joven a su lado.

–ese medicamento es tan rápido, tuvo que ser de excelente calidad– estaba tan sorprendido por el efecto que olvidó por completo su situación.

El hombre de amarillo soltó un gran suspiro aliviado y sonrió amable.

–me alegra saber que mis píldoras son efectivas, no quisiera que el maestro Wúmíng sintiera dolor.....ya ha sufrido demasiado– negó lentamente– debió ser duro ¿Verdad?....no se preocupe, toda estará bien apartar de ahora–sonrio alegré.

–a–yao, que dices.....yo no entiendo ¿Todo estará bien?– estaba confundido.

–todo está planeado maestro Wúmíng, el plan me llevo varios años pero haré que todos los cultivadores le pidan perdón por haberlo visto por debajo sintiéndose superiores y siendo más corruptos que cualquier criatura maligna – cerró su puño con irá al ver qué perdió su semblante tranquilo intento cambiar el tema– ¡Oh!¡No se preocupe!¡Esta bien!¡Mire!....¿se acuerda de esto?– saco una olla de presión donde se hacían píldoras, era tan pequeña para aquel joven enfrente de él.

Wúmíng miro sin entender un poco de los balbuceos del menor, pero sostuvo con cuidado la olla y vio como estaba tallado el nombre del menor y recordó algo.

–¿Esto te lo di yo?– pregunto para confirmar.

–si, fue el primer regalo que un amigo y familia me entrego, es muy especial para mí, fue el regalo que me hizo querer llegar a dónde estoy ahora, muchas gracias maestro Wúmíng–lucia amable y feliz.

–¡Vaya!¡El pequeño a-yao sigue siendo un gran talento!¡Felicidades!¡Debes de ser un gran genio ahora!– despeinó un poco el cabello del joven y soltó un aplauso de alegría.

El joven se sintió apenado y un poco avergonzado, había olvidado que tan gentil se sentían los halagos de Wúmíng en su corazón en todos estos años, el adulto lucía como un padre orgullo y el menor tomaba el papel como el de un hijo feliz siendo recompensado por sacar una buena calificación.

Meng Yao sonrió feliz y volvió a tomar entre sus manos la pequeña olla.

–aunque está pequeña olla ya es muy pequeña para ti, ¿Deberíamos comprar una más grande?– dijo bromista e intentando abrir la olla.

En ese momento meng Yao arrebato la olla con una sonrisa nerviosa.

–no, es perfecta, está me gusta– ánimo mientras sostenía el regalo gentil.

Wúmíng soltó un suspiro y alzó los hombros dando a entender "que se le va hacer" y meng Yao solo se rió divertido.

Wúmíng soltó un suspiro y alzó los hombros dando a entender "que se le va hacer" y meng Yao solo se rió divertido

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¡No soy una guardería!¡Solo cuido de mi!Where stories live. Discover now