Capítulo 5

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Elizabeth

08 de marzo de 2021

Querido diario:

Los gritos y gemidos de no me acuerdo de como carajos se llama, siguen en mis oídos. Después de ir al bar, para animarme a tomar algo y apenas entrar, tener que rescatar a dos idiotas (Thomas y Christian) tuve que recibir a la rubia teñida que trajo mi novio, sí, mi novio, diciéndome que era acompañante de mi supuesto amigo.

El mismo Thomas fue quien me pidió prestada mi habitación para cogerse a esa hueca estúpida y no sé por qué la estoy denigrando a ella, si fue el idiota de mi amigo que usó las instalaciones de mi casa a su puta conveniencia.

Pero, yo no me quede atrás, no, para nada. Nunca había escuchado el sexo en vivo y en directo. Bueno, sí, he ido a fiestas y he enganchado a una que otra pareja, pero no me quedé a fisgonear lo que hacían.

Estos dos idiotas en el piso de arriba no dejaron de gritar, gemir y hablar en voz alta. Ella que le pedía más, no sé qué y él, la nalgueaba y constantemente le preguntaba si le gustaba; los ruidos se escucharon altos y claros. Al principio Chris y yo nos quedamos estáticos cuando la rubia gritó de dolor (o al menos eso creímos) y después le pidió a mi amigo que lo haga de nuevo, terminamos soltando la carcajada que manteníamos en la garganta.

Chris me guio al sillón, y entre beso y beso, me puse a horcajadas sobre él. Su varita estaba tremendamente dura y me encantó refregarme contra ella. Sus besos se pasaron a mi cuello y me saqué la remera. Se deleitó con mis gemelas, amasándolas por arriba del corpiño, me pidió que sea la novia justo en ese momento, mirándome a los ojos y obviamente le dije que sí, porque es lo que yo quiero.

Entre nuestros jadeos y los de la parejita de arriba, no sé que me encendió más, te juro. Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo con esa simple fricción, la rubia a medio vestir y el hijo de puta de mi amigo estaban mirándonos al pie de la escalera. Mi acompañante, enterraba la cara entre mis tetas con sus manos en mi cintura, cuando Thomas me agarró por debajo de las axilas y los echó. ¡Los echó! Chris le soltó que nos habíamos puesto de novios y que no tenía ningún derecho a hacer esa escena.

Inmediatamente, mi guardaespaldas personal (Thomas), me puso detrás de él y le gruñó que si era mi maldito novio me tratara con respeto, no cómo una puta (Lo amé en ese momento, por la frase, no por la actitud). La rubia se ofendió, Chris dio un sí con la cabeza y se fueron sin decir nada más. Yo no volví a mi pieza después de sacar a Thomas a empujones de mi casa, media desnuda.

Desde ese día, la realidad es que no pude volver a mi cama. Mi amigo vino ayer y compró sábanas nuevas, tiró las que él había usado. Me pidió perdón y le confesé, entre risas, que no había podido utilizar mi cama desde esa vez. Me abrazó y me juró que no volvería a emplearla, que la próxima vez sería en el sofá y le di una pequeña piña en sus costillas, que no lo inmovilizó para nada.

Mientras tomábamos unas cervezas me dio muchos tips del sexo. Lo primero que me remarcó fue lo del preservativo/condón, como se llame, yo le digo globo de penes. Le repetí mil veces que tengo claro lo que es el sexo seguro hasta para hacer un oral. Se atragantó un par de veces en la charla, pero a pesar de su evidente incomodidad para entablar esta conversación conmigo, me dijo que nunca deje que un hombre me maltrate en el sexo, que si me duele o estoy incómoda se lo diga y no siga por presión. Me hizo reír, porque al recordar su papel de la otra noche no fue, exactamente, el de caballero cordial con su acompañante, todo lo contrario. Me aclaró que las primeras veces son incómodas, pero que no siempre iba a ser así. La posición más dolorosa para nosotras es con los pies en los hombros del hombre mientras las rodillas nos quedan a la altura del pecho y dijo que la evite totalmente. Al fin se abrió conmigo en este tema.

También me dio otro consejito, no usar los dientes en un sexo oral, pero yo había leído que a los hombres les gustaba que los raspen un poco, igualmente tomé nota mental. Me terminó confesando que no le gustaba hablar de este tema conmigo, así que no quería escucharme nunca, decir lo que yo había hecho o no, salvo que sea absolutamente necesario. No sé si es porque soy mujer o su amiga. Me dijo que tome medidas para cuidarme también, porque el globo puede fallar y le confesé que hace meses vengo poniéndome la inyección, sus ojos se abrieron como platos.

Hoy fue el primer último día de la bendita preparatoria, más que clases tuvimos una fiesta de despedida organizada por los otros años menores y los profes nos terminaron dando el día libre. Se decidió también quien de ellos van a actuar como coordinadores en el viaje, elegimos al profe de historia que es un amor y los chicos optaron por la de matemáticas que tiene veintisiete años y es muy, pero muy linda...

Les pedí a Mar y a Alice que me acompañarán a casa a revisar mi lista para ver si tengo anotado todo lo necesario para llevar al viaje. Nos preparamos un almuerzo muy alto en calorías, hamburguesas con huevo frito, tomate y lechuga. Nos reímos de los últimos chismes. Les conté que me había puesto de novia con Chris y algunos detalles de la situación, aunque les pareció raro que Thomas aprobara la relación. Según ellas, nosotros deberíamos terminar juntos, estamos destinados, pero no. Él es mi medio limón, no mi media naranja.

Me ayudaron a elegir un tatoo que quiero hacerme en mi bajo vientre para que quede sexy con el bikini. Me lo tengo que hacer unos meses antes de que vayamos a la playa, así llega completamente curado. Nos decidimos por una rosa roja, su tallo terminaría justo por debajo de la tira de la tanga, así solo se puede ver completo si alguien me la saca.

Le pedí a Thomas que me lo haga y al comentarle vagamente la idea dijo que tenía la agenda bastante ocupada para estos días y es verdad, aunque miente en un punto, porque me lo puede hacer al cierre del local. No le di muchos detalles de lo que quería, pero no me voy a quedar con las ganas, queda súper lindo por lo que pude apreciar en fotos y me encanta, si lo tengo que hacer en otro lado porque Thomas no tiene ganas de realizarlo, lo hago y punto.

Gracias por siempre estar acá para mí. No te pierdas. Te voy a dejar bajo llave.

PD1: A Thomas le prometí que cuando seamos viejos te va a leer.
PD2: Perdón, si mi letra está desprolija, escribí con bronca la gran mayoría.

Eli ★

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