Capítulo 26

1.3K 257 38
                                    

Thomas

No veo la hora que este año termine. Ya no aguanto la presión de la última instancia de estudios. Tengo ganas de la universidad, de crecer, de expandir todo el negocio. Empezar otra vida. Blanquear las cosas con Elizabeth de una vez por todas. Sé que va a ser difícil después de toda la red de mentiras que fuimos creando, tanto ella desde el viaje como yo con mis actitudes en el club. Los mensajes que escribí. Los verdaderos sentimientos de ella en su diario.

No hay mejor sensación que enamorarte de tu mejor amiga, pero también es contradictorio. Porque ahí empiezas a rever todas las cosas que hiciste bien y también las que hiciste mal. Te conoce todas las debilidades y los puntos fuertes. No quiero perderla, pero reconozco que soy un jodido idiota. No sé cómo va a reaccionar luego de todo esto. Y por eso decidí que después del último encuentro voy a dejarla pensar unos días.

En el receso, esas mini vacaciones que te da la escuela antes de los exámenes finales, tengo la convención para tatuadores. La gira dura quince días y es bastante pesada la competencia. Vienen los tres mejores de cada estado y gracias a los premios que gané la última vez, entre en el segundo puesto del de Nevada.

Decidí no llevarla porque sería una distracción. Gran distracción. Y, también, todo depende de lo que vaya a pasar entre nosotros.

Como siempre, hoy triunfamos con nuestro equipo de rugby. Se puede decir que somos los mejores en el campeonato, y que, sin dudas, vamos a dejar una copa más antes de graduarnos.

En un momento, al realizar un punto, mi debilidad, que estaba mirándome atenta, se puso tan eufórica que se lo dediqué. Logrando así que más de una me mire mal a mí y a ella. Solo la apunté y le hice una forma de corazón con mis manos. Pero, los rumores no se hacen esperar. No sé por qué mierda no maduran de una vez.

Estoy en los vestidores, sacándome el sudor del partido bajo la ducha. Escucho a todos hablando de lo excelente que estuvo el encuentro y lo bien que nos desenvolvimos en el estadio.

— ¡Hey! Muñeca, ¿Se te perdió algo? — Escucho a uno de mis compañeros mientras cierro el grifo y coloco la toalla alrededor de mi cintura.

— Idiota, ¿Dónde está Thomas? — Pregunta con cautela. Es la hermosa voz de Elizabeth.

— ¿Para qué quieres a Thomas, teniendo más carne aquí? — Lo puedo visualizar agarrándose la verga como todo pendejo y escucho las carcajadas de los demás, festejándole la idiotez que acaba de soltar.

— ¿Dónde que no lo veo? — Noto el sarcasmo de ella, seguido por una ovación departe de los restantes, alentando a que el simio le conteste. Me quedo parado escuchando todo.

— Si eres ciega entonces te lo tendría que hacer sentir. — Tensé mis puños.

— Mira, Toni, te conozco y me conoces. Si tu fantasía es acostarte conmigo, desde ya te digo que no me van los idiotas.

— El único idiota que se pudo haber enroscado contigo, es Chris. — Contesta. — Conmigo vas a tener sexo sin amor, rudo y del bueno. — Ríe como un puto descerebrado.

— ¡Hey! — Interviene Christian, que por supuesto está entre nosotros. — Yo no soy ningún idiota y en mi defensa Eli es muy buena en lo que hace. — No, no es un idiota, es tremendo hijo de pu... Esas cosas no se dicen. Ni se ventilan. Voy a salir porque esto se está yendo a la mierda.

— Si soy buena, tanto que terminaste llorando en el medio del patio esperando que te diera otra oportunidad. ¿También quieres probar Toni? ¿Quieres saber de lo que soy capaz? — Su voz cambia a seductora. Todos callan. Él está con la boca abierta y ella pasa las uñas por su pecho. Con todo las que hace en el club ya no le importa exhibirse, no se cohíbe, usa sus armas. Es una mujer que pocos le pueden llegar a los talones y ninguno de estos prospectos la van a tener. No conmigo delante.

Querido DiarioWhere stories live. Discover now