Capítulo 23

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Elizabeth

02 de junio del 2021

Querido diario:

Te tengo súper, híper, mega abandonado, lo sé. ¡No sabes lo que me pasó! Thomas pago una cuota más para adelantar las clases y que me den el diploma más rápido. Según él, ya tengo que empezar a juntar plata, porque si mi supuesto padre corta el suministro, tengo que empezar a hacer una cartelera de clientes para tener una entrada fija y la verdad es que tiene razón. Se emocionó cuando le mostré que también había pagado, por mi cuenta, un curso de piercing y ese mismo día preparamos en el local una partecita para mí, dónde él compró todo el mobiliario adecuado. Me pidió que le haga una barra en la oreja y el chisme se empezó a expandir. Por eso mismo, ayer vino Christian y me pidió el famoso arito llamado príncipe Alberto o ampallang, que es ni más ni menos, que el de la punta del pene.

Thomas estuvo presente en lo que pasaba, mirando con ojo crítico como manejaba la situación. Chris no pudo evitar la erección que le provocaron mis manos, al desinfectar la zona y mi amigo, se puso furioso gritándole que esto era un lugar profesional y no sé cuantas cosas más...

Estaban dando un espectáculo, uno lo retaba y el otro se justificaba. Yo aproveché el momento y zassss, le clave la aguja para luego pasar el piercing. Su grito se ahogó en un gemido y si pensó que esto era excitante, le erró feo. Lo peor fue cuando le dije que tarda entre uno y cuatro meses en curarse completamente, según el cuidado que él tenga en la zona, que se los expliqué y anoté detalladamente.

Thomas y yo nos reímos tanto que nos dolió la panza.

Todavía estamos en búsqueda de un recepcionista, mis amigas no pueden porque ya consiguieron trabajo de medio tiempo. El nuestro también es por la tarde, ya que a la mañana seguimos con el tema del estudio. Nuestro salario todavía no es tan remunerativo, hasta que no tengamos más clientes, puedo seguir funcionando para los dos puestos. Y, llegamos al acuerdo que cuando no pueda yo, me va a reemplazar Thomas, así que nos vamos a ir intercalando las funciones, como el buen equipo que somos.

Con mi amigo quedamos que yo cocinaba el día de su cumple y en mi día solo haríamos una pequeña reunión con mis dos amigas y dos amigos de él, algunos bocadillos rápidos, bebidas y listo. Él quiere que estemos igualados entre hombres y mujeres, y festejar los dos juntos. Me comentó que su familia seguramente no iba a aparecer. Intenté convencerlo de que podía contratar a su hermano menor para que se ocupe del cargo de recepcionista en el local, pero se negó rotundamente.

Entre el trabajo y la preparatoria, no tengo mucho tiempo libre. De vez en cuando me escapo al club. Está de más explicarte las situaciones que se ven ahí con lujo de detalle, porque hay cosas que realmente me siguen dando un poco de pudor.

Cada día estoy más cerca de encontrarme con mi hombre misterioso y ya aparté el atuendo que quiero llevar, ¿Desesperación, decís vos? ¿Dónde?.

Mi máscara es la misma de siempre. Tengo unas botas de cuero largas y un vestido que adquirí recientemente para una de mis presentaciones, es imitación de cuero con un cierre por detrás, me queda como una segunda piel, resalta todas las curvas que tengo y realza las mejores partes del sexo femenino. Para abajo, nada; ni medias, ni tanga. Así, no tardamos mucho al momento de desvestirnos...

Los mensajes de él, cada día que pasa, son más subidos de tono. A veces no sé, realmente, que responder y le pongo una excusa boba, como que estoy haciendo algo. Porque, sinceramente, no me salen las palabras. No es que tenga miedo, ni nada de eso. No sé cómo describir las sensaciones que me hace sentir este ser. Es como que si mi cuerpo lo reconociera, a pesar de la distancia, la piel se me eriza imaginándomelo. No estoy enojada que me haya confesado que él era la misma persona, el de los mensajes y el del club. Si no, más bien, estoy ansiosa por descubrirlo, no puedo imaginarme con exactitud quién es. Mi curiosidad mató a mi razón, definitivamente. Pero, para justificarme, tampoco puedo adivinar con el tacto, si todo el tiempo él lleva algo que tapa cada centímetro de su piel y cuando estamos en el cuarto lo primero que hace es taparme la visión. Se me han cruzado teorías tontas, pero las descarté en el acto.

Creo que voy a adoptar un perrito o un gatito. No sé muy bien todavía. Pero, necesito compañía, de esas que puedes hablar como payasa y el animal te lo festeja. Tuvimos una charla con Thomas y me dijo que como él también vive acá, el animalito iba a ser de los dos, porque seguramente yo me voy a olvidar de darle de comer o de sacarlo a pasear. Quise patearle el culo, pero se me adelanto yéndose arriba y encerrándose en su cuarto.

Él, me contó que tiene a alguien especial y que pronto la iba a conocer. Me puse nerviosa y me dio mucha bronca, en el momento, pero mucha. Aún sigo con ese sentimiento. Tengo miedo que no lo deje estar a mi lado, por el trato que tenemos. Nunca fui posesiva con él, porque sé que no le duran las mujeres, pero poner la palabra "especial" en una oración, cambia mucho, muchísimo. Sinceramente, ya la odio. Aunque tengo que ser abierta de mente. Realmente tengo pánico que se aleje de mí, porque desde que lo dijo, ya lo estoy extrañando.

A las malas aprendí que no podemos retener a las personas y eso realmente me está afectando...Quise insistirle para ir a bailar y que la invite en un ambiente neutral, pero no hay caso.

En la prepa me siguen apuntando como la mala de la película, la que dejó destrozado a un hombre perfecto. Y, sí, puede ser que sea así, pero por primera vez no me importa lo que digan de mí. Todos los años pasé desapercibida. Este año soy la zorra más zorra de todos los tiempos. No me enorgullece, pero tampoco es que me preocupa como cuando volvimos del viaje. ¿Qué saben ellos lo que pasa por mi mente?. Ninguno me entendería y no me voy a detener a dar explicaciones.

Mar y Alice, que son las personas más cercanas que tengo, no me insistieron en hacerlo. Thomas, aunque sea poco detallista en el tema sexual, al menos conmigo, solo intentó darme buenos consejos para que no siga por el mismo camino de él. No entiende que mi idea no es enamorar y desechar, mi idea es calmar impulsos para no encerrarme a llorar todos los días.

El aire en casa lo siento más aliviado desde que él está viviendo conmigo, aunque es un poco incómoda la situación, porque la mierda de sentimientos van creciendo y no les puedo dar rienda suelta para no arruinar lo que tuvimos en tantos años, pero ¿Cómo hago? ¿Cómo freno esto que me está pasando? ¿Cómo le confieso la vida que llevo? Él podrá ser muy liberal, pero me remarca una y otra vez que somos amigos, que puedo confiar en él. Necesito que me diga que quiere más de mí. Necesito que se sienta atraído, pero ya tiene a su persona "especial" (Estoy odiando esa palabra).

En un momento se me pasó por la mente plantearle todo, pedirle que estemos juntos más allá de la relación amistosa que tenemos, pero siempre hay algo que me frena, una y otra vez, mis impulsos se ven opacados por alguna cosa. Como si el destino solo quisiera que nos mantengamos así. Aunque yo no quiera.


No me siento bien con esto, tengo que decírselo, no sé cómo y no sé cuándo, pero lo voy a intentar. E.

─── ∙ ~εïз~ ∙ ───

Dejo esto por acá y me voy cantando bajito...

¿Desde dónde me leen? ¿A qué países estoy llegando?

*No se olviden de dejar su voto.

Querido DiarioWhere stories live. Discover now