Capítulo 17

1.5K 271 4
                                    

Thomas

¿Cómo me siento? Como una basura, la peor maldita decisión que tomé fue haberme acostado con Elizabeth en ese club. ¿En qué carajos estaba pensando? ¿Qué mierda voy a hacer? No tengo ni la más puta idea...

No puedo sacármela de la cabeza y sigo ideando planes, uno tras otro, para volver a tomarla, aunque ella no me reconozca. Sé que disfruta de mi presencia en el club, porque no sabe quién soy. "Y eso está mal" me repite mi subconsciente varias veces, pero no puedo dejar de hacerlo. No puedo parar, simplemente es como un impulso.

Juré no volver a acercarme, después de ese encuentro, pero se me está haciendo demasiado difícil. Aunque tampoco veo que ella haga un movimiento hacia mí. Sabe donde me siento cada noche. Sabe que la observo y sigo sus pasos, a veces me regala sonrisas seductoras, que hacen que mi miembro se vuelva loco por volver a tenerla saltando sobre mí, pero me niego una y otra vez a las locuras que pasan por mi cabeza como una especie de película. Su vida está tornándose en un vicio entre el sexo y atar personas. Parece ser el único pasatiempo que tiene.Como mi cabeza va a mil por hora, la convencí de que haga un curso para tatuadores profesionales dedicados a la estética. Busqué el mejor lugar y le compré todos los materiales que precisa. Si bien está contenta y no habla de otra cosa, no dejo de pensar que fue una manipulación mía para que se aleje de esa clase de vida.

¿A quién le puedo pedir un consejo si estoy haciendo las cosas mal? A nadie y menos sí se trata de ella.

Sé y estoy consciente, de que me estoy manejando pésimamente. Que no es por este camino donde debería hacer las cosas. Al principio supuse que todo era un capricho de mi parte, pero no, la cosa se complica. Idealicé que ese encuentro la iba a sacar de mi sistema, porque me encontraba sobrio. Ella es una novata y a mí ya no me quedan muchas cosas por conocer si hablamos de sexo. Jamás creí que iba a ser una compañera ideal y que iba a despertar en mí, sensaciones tan... ¿Fuertes? Necesito remendar esto, que nuestra relación vuelva a ser la de antes.

Entro a su casa con mi llave, sé que se encuentra en el centro comercial con las chicas e intento focalizarme en qué puedo hacer para remediar la situación. Para retroceder un poco el tiempo.

Preparo una merienda para ellas, incluyéndome. Le mando mensajes a Mar, pidiéndole que se vengan porque tengo una noticia que darles. Intento inventar algo para decirles, no me sale nada. Estoy más pendejo que nunca.

— Llegamos. — Anuncia Mar en un grito, desde la puerta al cabo de un rato.

— ¿Qué pasó, Thomas? — Pregunta mi amiga, dejando las bolsas de compras en el medio del living.

Se acerca a mí, preocupada. Me observa detenidamente y ve el festín que preparé en la isla de la cocina. Toma una tostada y se la sacó llevándomela entera a la boca. La abrazo y le doy un beso en la frente. Como cuesta no comerle esos labios, no tomarla ahí mismo, después de lo que hicimos juntos.

Alice toma su taza de té y agarra otra alcanzándosela a Mar.

— Estaba aburrido chicas. — Confieso a medias encogiéndome de hombros. — Y las extrañaba. — Les suelto. Las muchachas se ríen, pero Eli solo frunce el ceño. Creo que sabe que estoy mintiendo.

— Thomas, definitivamente te hace falta diversión. — Me habla Alice, señalándome con un tono de burla.

Elizabeth sigue en su nube, sentada, comiendo y tomando su té de a poco.

— ¿Tengo cara de desahuciado? No contesten. — Las paro con un ademán de la mano antes de que puedan hablar y sigo. — He estado con mucho trabajo y aparte las notas están cerrando. ¿Cómo les está yendo a ustedes? — En parte lo que digo es verdad, aunque también las evito a toda costa.

Comenzamos una pequeña conversación, donde me cuentan que les va bien. Ya entraron a sus respectivas universidades y es ahí cuando hago la pregunta del millón.

— Eli, ¿Ya mandaste la solicitud? — No levanta la vista y solo se limita a negar con la cabeza.Las amigas me miran preocupadas y les hago una mueca, dándoles a entender que no tengo ni idea de lo que le está pasando, aunque puedo imaginarlo. No quiero que ella desperdicie su vida y se estanque.

— Deberías. — Insisto.

Esa simple palabra hace que se levante y se vaya a su habitación. Dejo que las chicas recojan todo y voy directo hacia su encuentro. Sé que ellas se van a ir, saben que cada vez que se pone así es prácticamente imposible sacarla de su pozo. Salvo yo, siempre yo, ahí dispuesto a hacerla sonreír con mis estupideces.

Antes de entrar noto que está llorando y se me atraviesa un dolor en el pecho. Jamás me sentí así, ni siquiera con ella. La situación se me va de las manos y no estoy pudiendo resolver nada.

Cuando me ve, se sienta en la cama limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.

— No sé qué hacer Thomas. No quiero estar lejos de casa, todo lo tengo aquí. Mis recuerdos, mi vida.

— Y lo vas a seguir teniendo, podemos aplicar en una que esté cerca. — Le digo por lo bajo. Ella asiente tratando de regular su estado. Cuando considero que ya han pasado varios minutos sigo. — Y ahora, — Digo sentándome a su lado — basta de lloriqueo de nena. — La tumbo en la cama y comienzo a hacerle cosquillas, como tantas otras veces.

Definitivamente, no es una buena combinación, ella ríe a carcajadas y mi cuerpo la anhela peor. Me distraigo con su sonrisa y de un momento a otro la tengo a horcajadas. Su blusa se levanta un poco y mi miembro reacciona. Esto es imposible.

Instantáneamente, la atraigo a mi pecho y la abrazo fuerte, dejándola así recostada sobre mí. No me incomoda, al contrario, estoy relajado. Hace demasiado tiempo que no me sentía de esta manera.

— Thomas... — Susurra contra mi pecho.

— Sshhh... — La callo mientras, acarició su espalda. — Quédate así solo un segundo más y prometo soltarte.

— No, no me sueltes, por favor.

Y esa frase me da otra punzada en el centro de mi anatomía. ¿Cómo voy a negarme?Me despierto entrada la noche, porque no siento su presencia. Escucho la ducha y la puerta del baño está entreabierta. La tentación es demasiado grande, tengo que contarle que fui yo todo este tiempo. Él de los mensajes, él del club, pero no puedo. Si se lo confieso voy a romper toda la confianza que me tiene. Como dije desde un principio voy a lastimarla. Sabía que esto iba a terminar así y seguí igual por el mismo puto camino.

¿Qué hubiera pasado si, desde un principio, le decía a ella como me estaba sintiendo? ¿Qué hubiera pasado, si no nos mentíamos en aquella primera vez? ¿Qué hubiera pasado si, yo le hubiera confesado como me pone? Tengo que terminar con todo este círculo vicioso. Que duela lo que tenga que doler; pero la tortura ya me está pasando factura. Nada va a volver a ser como antes, por más que lo intente de mil maneras.

Alegre, enojada, caprichosa, miedosa, en cualquier estado me encanta.

Noté que no dejé marcas en su cuerpo como para preocuparme de haberme pasado con mis demonios. Miré sus muñecas y su cuello con disimulo, para buscar un rastro de la otra noche, pero por suerte, no había ninguno. Aunque en mi memoria si los había. Me estoy volviendo loco.

Vuelvo a la cama, mi cuerpo la reclama, pero sé que en estas circunstancias no puedo tenerla. Siento sus pasos acercarse y envolverse con las sábanas, estoy de espalda y ella no duda en abrazarme por detrás susurrando un "gracias" que me hace hervir la sangre, me pican las manos por tocarla, por hacerla mía, una y otra vez, hasta que ya no aguante las embestidas.

Las horas pasan y no logro conciliar el sueño. Amanece y, simplemente, desaparezco. Necesito distancia o voy a terminar peor de lo que ya estoy, vomitando mis pensamientos sin filtros y no es lo que quiero. 

════ ∘◦❁◦∘ ════

Capítulo corto, pero especial para mi. Necesitaba subirlo.

Ustedes saben que pueden expresar lo que quieran. Ni ellos, ni yo nos vamos a enojar xD

No me voy a cansar de agradecerles.

☆Hasta la Próxima☆

Querido DiarioOnde histórias criam vida. Descubra agora