Capítulo 8

2.1K 345 20
                                    

Thomas

Haber venido a este viaje fue una puta tortura. Que se haya corrido el rumor, que el mismo idiota de Christian esparció, diciendo que Elizabeth era virgen, la hizo el blanco perfecto para todos los dardos. Mientras que ella solo parecía tener ojos para su novio, los demás buitres también querían entrar en sus pantalones. Todos los días fueron un calvario, lo peor es ver como ella domina las diferentes situaciones, como si fuera una experta en el tema de batallar con lobos hambrientos. Me dieron ganas de encararla a mí, para ver si realmente tiene tantas habilidades o simplemente está lidiando con novatos, que no saben ni cómo enfrentar a una mujer sin que se les caiga la baba. Menos mal que ya se están terminando estas vacaciones en grupo.

No nos dejan tomar alcohol porque es un viaje "escolar", pero nos arreglamos para tenerlo casi todos los días. Somos chicos malos, pero ubicados. Nadie se sobrepasó hasta ahora, salvo el otro día, que encontré a la profe de matemáticas en una área del hotel que tiene pileta. Le sonreí, me sonrió y aunque nos fuimos de ese lugar por separado, no sé quién carajos nos vio salir, pero todos comentaron que yo me la había pasado tres horas con ella.

No lo negué y eso hizo que el rumor llegara a los oídos de Eli, que no se inmutó cuando me encaró diciéndome que ya se lo veía venir y me preguntó los detalles. Nunca le había contado mi forma de tener sexo, pero ella insistió tanto, que le conté un poco de lo que pasó, sin dar tantos detalles.

— Entramos a un cuarto de hotel, que está como a veinte minutos de aquí y lo hicimos. — Le dije encogiéndome de hombros, para restarle importancia, pero ella insistió en seguir la conversación.

— Continúa. — Me animó mi amiga con un ademán de su mano.

— ¿En serio quieres que te cuente los detalles?

— Por supuesto, Thomas, si no, no te estaría preguntando.

— Ok. Te lo explico, puse a la profesora contra la pared, apenas entramos, la toqué un poco y ya estaba preparada para mí. Me contó que tenía esa fantasía conmigo desde que me conoció y así, parados como estábamos, me coloque el preservativo y lo demás te lo imaginarás.

No era nada del otro mundo lo que expuse, así que le dije todo rápido sin repetir nada, ni hacer pausas.

— ¿Y? — Sigue indagando. — ¿En esa posición se quedaron? ¿Llegó a...? Ya sabes. — Dice con un poco de vergüenza.

— ¿Al orgasmo? Sí. — Le contesto sin pudor y continué. — Después seguimos en la cama un round más y, luego, — Eli me hace un gesto para que continúe. — se llevó mi amigo a la boca y lo hizo tan bien que espero que se repita en el resto del año. — Finalicé el discurso con una sonrisa arrogante. Aunque los rumores iban a ser motivo de expulsión para ella y seguramente una sanción para mí. No me importa. Elizabeth quedó aturdida con los detalles que le di, pero no por el sexo en sí.

— ¿En serio fuiste capaz de dejar que te la chupe y no se lo hiciste a ella?

Me sorprendió con esa pregunta. Ok, estaba un poco bebido, pero no tanto como para seguir dándole detalles, aunque esto se lo tenía que contestar.

— Pequeña esta boca no se mete en cualquier lado. — Saque la lengua y retorcí mi piercing con los labios, hizo una señal de arcada y nos matamos de risa, me llamo egoísta. Pero, con la paciencia que me quedaba, le expliqué que el sexo oral era algo muy íntimo, aunque a mí no me molestaba que ellas practiquen conmigo.

Entramos a un boliche hace ya bastante, como para despedir estas mini vacaciones. Miro la hora, son las 4:00 am. Estamos todos un poco pasados de copas y tengo el presentimiento que esta noche no va a terminar bien, no diviso a mi amiga y al grupo que la rodeaba.

Querido DiarioWhere stories live. Discover now