Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Pesé a ese incómodo momento la película inició sin ningún otro percance. Un filme de acción con actores famosos del momento, los ojos del omega parecían brillar es justo la que quería ver desde que vio el primer avance.
-𝚂𝚒 𝚝𝚎 𝚛𝚒𝚗𝚍𝚎𝚜 𝚊𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚗𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚍𝚛é 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚗𝚎𝚛 𝚞𝚗𝚊 𝚋𝚊𝚕𝚊 𝚎𝚗 𝚝𝚞 𝚌𝚛á𝚗𝚎𝚘 -advirtió el personaje de cabello negro con una expresión gélida.
El otro personaje de cabello rubio soltó una pequeña risa socarrona girandose para encararlo -𝙽𝚘, 𝚗𝚘 𝚕𝚘 𝚑𝚊𝚛á𝚜. - comentó burlón -𝙽𝚘 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚎𝚕 𝚟𝚊𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚞𝚏𝚒𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚓𝚊𝚕𝚊𝚛 𝚎𝚕 𝚐𝚊𝚝𝚒𝚕𝚕𝚘.
El de cabello negro chasqueo la lengua mientras su mano temblaba dudoso de accionar el arma - ¿𝙴𝚜𝚝á𝚜 𝚝𝚊𝚗 𝚜𝚎𝚐𝚞𝚛𝚘?
Takemichi inclusive se había inclinado un poco más hacia adelante de lo sumergido que estaba en la historia y justo cuando parecía que el pelinegro mataría al líder de esa mafia tan peligrosa quien alguna vez fue su gran amigo, unas manos cubrieron sus ojos justo cuando escuvo el sonido del disparo.
-¡¿Qué estas haciendo?! -mascullo furioso.
-Elegí la película equivocada -explicó con una expresión neutra -. Es demasiado brutal para que la vea un omega embarazado.
Según un libro que leyó, todo lo que veía el omega podía transmitirse al cachorro, no, no iba a permitir que viera semejante escena.
-Está película es clasificación R, y no clasificación omegas embarazados -discutió.
-Takemicchi para ti puede estar bien, pero nuestro Gyō es demasiado joven para esto -afirmó totalmente convencido ignorando las malas miradas que le mandaba Hanagaki.
No podía creer que en cada disparo o explosión le cubriera los ojos. Hartó de eso la apartó con cierta rudeza.
-Esto es demasiado -dijo -¡Si no puedo ver esas escenas, entonces porque no -las palabras murieron, pues al girar su cabeza de manera brusca que a poco centímetros del rostro del alfa.
Podía sentir su respiración combinarse con la suya. El alfa llevó una mano a la barbilla contraria para elevarla un poco más, acercándose lentamente a los labios que no era por presumir, conoció muy bien en ese encuentro.
