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—Mikey —lo llamó una vez pero este parecía absorto en mirar el camino mientras conducía —Manjiro —dijo un poco más fuerte notando cómo aterrizaba a la realidad haciendo un sonido que le indicaba que le estaba prestando atención —. Tu hermana... ¿Cómo es ella? —indagó tratando de sonar lo menos nervioso posible —. Su personalidad, sus gustos. No lo estoy preguntando para ganar puntos o algo así, pero me imagino que debería de darle una buena impresión.
El alfa le observó de reojo, parecía que al pobre estaba punto de tener un ataque —No tienes que preocuparte por ello —escuchó un ligero jadeo, como si el omega estuviera conteniendo el aire —¿Qué sucede? ¿Te sientes incómodo?
—No...
Su familia estaría presente esa noche, debería de haberlo esperado pero jamás se imagino el conocer al clan Sano tan rápido, en su cabeza rondaba la pregunta de que clase de personas son. Ellos son demasiado ricos, ¿le caerá bien una persona cómo él?
La situación le recodaba a una escena de una telenovela que vió hace ya mucho tiempo, en donde la madre del hijo millonario se dio cuenta que estaba saliendo con alguien que no era de su estatus económico y gritándole le arrojó un sobre repleto de billetes para que dejara a su hijo. El solo pensar que algo así podría pasar con la hermana del alfa lo aterrorizaba demasiado.
Entonces, ¿qué hay con el cachorro? ¿Debería de huir al extranjero? O debería de...
La mano del rubio envolvió la suya cortando el frenesí de pensamientos pesimistas que su mente le estaba creando. Mikey pudo sentir el temor en el aroma.
—¿Qué es lo que tanto estas pensando?
Hanagaki giró su cabeza abruptamente a su dirección —¡Voy a tomar el sobre! —exclamó dejando desconcertado a Mikey, al darse cuenta de lo que acaba de soltar sintió como la cara le ardía de la vergüenza —¡Ah, no! Lo que quiero decir es que yo —comenzó a balbucear haciendo que el rubio cenizo sonríera enternecido.
—Estas nervioso —intuyó —, te estoy diciendo que no tienes que preocuparte por nada, lo mas importante aquí es...
La cara de Mikey cambió a una más seria haciendo que el omega casi comenzará a sollozar, ¿a qué se debía ese cambio abrupto de animo?
—¿Cuántos hermanos tienes Mikey? —trató de aligerar el ambiente y calmarse a sí mismo con preguntas básicas —¿Tienes más hermanos aparte del padre de Azami?
—De hermanos, en total somos cuatro —comentó —, y tengo sobrinos, demasiados sobrinos —hizo una mueca descolocando al omega, ¿no le agradaba ser tío?
