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Takemichi se sostenía con fuerza del lavabo rezando que las piernas no le fallarán a la vez que se sostenía su abdomen de 9 meses. Aún faltaban diez días para el parto, quería creer que esa fuerte incomodidad no era una señal que su hija estaba enviando porque estaba impaciente.
Tal vez se estaba quejando del mal humor que había tenido en los últimos días.
La noticia del matrimonio de su madre fue muy repentino, al principio pensó haber escuchado mal, por primera vez ella había vacilado en decirle algo a través de llamada preguntándole si podía asistir a la boda.
Desde ese día no volvió a contactarlo, creyó que le llamó de mala gana pensando que a Takemichi le molestaría. En realidad no le importaba asistir, pero se sentía como si quisiera que no fuera.
Entonces fue a la ceremonia con el corazón decidido, en lugar de querer felicitar a su madre por su nuevo comienzo quería ver la increíble realidad en persona. Quedando conmocionado de ver a su madre felizmente sonriéndo como una novia normal en sí boda, la mujer que conocía nunca sonreiría así.
¿Qué tipo de amor recibió para hacerla tener esa brillante expresión...?
Suspiró sintiendo una vez más esa espina de la traición clavarséle en el corazón. Su hubiera sabido que eso sucedería, no habría ido.
No siquiera podía controlar sus propias emociones, se sentia patético. Sin embargo, no tenía ninguna intención de involucrarse más en el nuevo comienzo de su madre.
Ahora que lo recordaba, no era la pirmera vez que ella sonreía así. Cuendo estaba en la secundaria, su madre trabajó una vez como profesora a tiempo parcial en una universidad local, era un lugar difícil de llegar por lo que llegaba sumamente tarde a la casa.
El día que regresó a casa después de su primer día de trabajo, le preguntó si había cenado con una sonrisa que dejaba ver sus blancos dientes que nunca había visto antes en su vida. En ese momento Takemichi estaba tan acostumbrado a comer solo, por eso la pregunta fue tan inesperada y no queriendo romper la atmósfera diciendo que ya había comido tuvo que decir que no sentándose con ella en el comedor.
Después de mucho tiempo no tuvo que estar solo, ese día es uno de los pocos recuerdos buenos que tiene junto a ella. Takemichi sólo admiro la expresión de su madre al hablar de lo que sucedió durante su primer día en la universidad, en ese instante pareció que el resentimiento hacía él y hacía su padre desapareció por un tiempo.
Fue entonces cuando decidió convertirse en profesor.
—Disculpe —la voz de Mikey a su lado en la mesa le hizo alzar la vista —. ¿Ha visto a mi novio por aquí? —eso le sacó una sonrisa al fin. Tomó asiento a su lado pudiendo sentir con más claridad el cambio preocupante en el aroma de su esposo —¿Está todo bien? ¿Deberíamos ir al hospital?
