*Amaris*

Abrí los ojos. Tardé un par de segundos en acostumbrarme a la luz de la ventana. Estaba en mi cuarto. No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado.  Me senté en la cama y miré a mí alrededor. Se sentía distinto. Irreal. El cielo estaba nublado y la cabeza me palpitaba del dolor. Lovel estaba sentado en el suelo mirándome. Acercó su cabeza a mi mano y la lamió. ¿Todo había sido un sueño?

Me paré con dificultad y me dirigí al baño para ver si tenía alguna herida en la cabeza. Al verme al espejo, noté un moretón en el lado derecho de mi frente. Tenía la herida del golpe de la espada y también algunos rasguños en los brazos. Había sido real. El corazón me dio un vuelco. ¿Cómo había llegado a mi cuarto? Estaba echándome agua a la cara para salir y empezar a hacer preguntas. Necesitaba saber dónde estaban Myrna, Thomas... Que los demás estuvieran bien. Saber quién había fallecido y quién no, cuando tocaron la puerta.

— Aurora... — murmuré mientras me dirigía a la entrada, casi derrapando. Parte de mí en serio deseaba que fuera ella, aunque sabía que estaba muerta, pero quería creer que todo lo sucedido solo había sido otro sueño hasta que me lo confirmaran. Tenía la esperanza de que tal vez solo había sido un sueño. Podía ser posible... Pero, cuando abrí la puerta, el rostro que vi fue el de Thomas.

— Hola. — susurró y me quedé paralizada. Me llegaron dos emociones en el momento, alivio y tristeza. Pero segundos después también sorpresa y le siguió la confusión — Mi tía dijo que no te molestara hasta que tú salieras, pero quería saber cómo estabas.

— Estás vivo...— fue lo que respondí, lo único que pudo salir de mi boca antes de que me abalanzara sobre mi primo y me aferrara a él con todas mis fuerzas en un abrazo largo — No estabas... No te vi, yo...  — Thomas entró al cuarto mientras me seguía abrazando y sentí su respiración en mi frente. — Creí que habías muerto — mascullé con la voz cortada. Me dolía y aliviaba verlo tanto que no sabía cómo reaccionar.

— Yo, estoy bien... — susurró y noté como sus mejillas se ponían rojas de la vergüenza - No estuve en el bosque, Myrna tampoco. Decidimos ir por una bebida y dejamos los brazaletes... Cuando regresamos ya se habían ido... Decidí ir al bosque y fue cuando te encontré...—  empezó a explicar algo trabado y lo miré un par de segundos, esperando que añadiera algo más. Estaba feliz de tener a mi primo a salvo, pero en mi cerebro solo se reproducía una pregunta: ¿Qué pasó con Aurora?

— ¿Y mi hermana? — lo interrogué con un hilo de voz. Se me cayó el alma al suelo cuando sus ojos se cristalizaron y negó con la cabeza. Me volvió a abrazar y lo permití. No podía mantenerme de pie por mi cuenta, de no haber sido por mi primo, me hubiera derrumbado. — No es justo... — sollocé entre sus brazos, tratando de controlarme, pero era imposible. Me dolía tanto... era como si me hubieran quitado una parte de mi alma.

—  No, no es justo, pero te prometo que vamos a atrapar al maldito que la asesinó. — contestó en un tono grave. — Todos están abajo. Creen que fue Damon Blackwood, Amaris. Ella había ido con el escuadrón al bosque porque alguien de Kadvav había cruzado la frontera. Pero no quedó ningún testigo... Excepto...— me explicó con lentitud, tratando de darme tiempo de asimilar sus palabras y de que atara cabos

— Excepto yo. — terminé su oración y sentí un repentino vértigo. ¿Por qué había sido yo la única sobreviviente? ¿Por qué yo y no alguien más?  Nada de la situación era justo.
— Myrna está afuera esperando, ¿le digo que entre? — me preguntó con un tono dulce, pero negué con la cabeza. Necesitaba un par de minutos para estar sola, procesar la información. Digerir todo lo que había pasado.

— Bajo en unos minutos. — informé. — Solo... Denme unos minutos. —sonó más a súplica que a petición. 

—Claro. Y, Amaris… — me sujetó del hombro y me mantuvo la mirada un par de segundos, pude ver que también estaba sufriendo, aunque no lo demostrara, su mirada lo expresaba —No fue tu culpa, ¿De acuerdo? — asentí con la cabeza y me dedicó una sonrisa leve para después estrecharme el brazo por última vez antes de apartarse  salir del cuarto.

El Reino De Kadvav: Mi Secreto (#1) [En Curso]Where stories live. Discover now