26

15 15 0
                                    

*Amaris*

Estuve unas horas en el comedor, pero después las sirvientas me corrieron dado que estaban empezando a acomodar todo para la comida. Una chica estaba comenzando a pudrirse, y los meseros ponían la mesa. Una persona estaba muerta, y otras reían en su lugar. Yo no tenía hambre, se me revolvía el estómago, y sin embargo alguien estaba comiendo justo ahora. Cuan . Lo aprendí con Aurora, lo recordé con esta chica. Lovel me seguía a todos lados. Atento. Supongo que no quería ni planeaba alejarse de mí después del ataque. Ya estaba más calmada sobre la situación. Ahora mismo estaba más enfocada en tratar de pensar, parte de mí sabía. Sentía que era Torue. Todo de mí lo presentía, pero no tenía pruebas ni como demostrarlo. Solo era mi intuición.

El Segundo Sol empezaba a ocultarse, así que me dirigí al patio de entrenamiento. El cielo se veía hermoso, el hecho de que uno de los soles estuviera bajando y el otro quisiera encaminarse a eso, haciendo que la noche empezara a notarse, le daba un tono violeta al cielo. La luna aún no salía, pero las estrellas ya se notaban.

Vi a Torue parado en medio del patio, quieto. Parecía más una estatua o una sombra que una persona. Me acerqué hasta donde él estaba.

Sentí a Lovel pegarse aún más a mí, poniéndose alerta.

— ¿Querías hablar? — pregunté en el tono más frío y distante que pude. Estaba de espaldas.

— Quiero saber que nuestro trato sigue en pie. — replicó neutro. — Quiero saber cuándo lo vas a matar, porque el tiempo corre, Amaris.

— Aún tengo tiempo. — me defendí, algo nerviosa. ¿Qué se supone que le diría? No tenía un plan para matar a Damon en estos días porque no planeaba matarlo ya.

— No soy paciente. — me reprochó — Pero hicimos un trato. Es cierto, te quedan algunos días, pero te agradecería que lo hicieras lo más rápido posible. Eso, claro, que no te hayas arrepentido. — me replicó mientras me veía fijamente a los ojos. Me estaba analizando, quería saber si seguía dispuesta a matarlo. Sonreí tratando de ocultar el miedo.

—Mató a mi hermana. Por supuesto que no me he arrepentido. — susurré en voz baja, intentando ser firme y teniendo éxito.

— Bien. No me falles, niña, porque si lo haces desearás no haber nacido. ¿Me oíste? — asentí con la cabeza.

— Tú sácame de este reino y yo lo asesino, no te preocupes por eso.

El espacio se llenó con un silencio tenso, le mantuve la mirada, me quemaba, pero lo hice. No me haría pequeña ante él ni por un segundo.

— Los médicos han terminado en tu cuarto, ya no hay sangre ni un cuerpo. Puedes volver. Habrán dos guardias en tu puerta toda la noche y en el día te vigilarán. Por tu seguridad. — replicó por fin mientras pasaba a mi lado. Lovel soltó un gruñido mientras él se alejaba. Me quedé parada, pensando. Más seguridad. Más obstáculos. ¿No había alguna buena noticia?

Me encaminé a mi cuarto junto con Lovel. Ya era de noche cuando entré al castillo, las luces del techo seguían alumbrando el pasillo y también se dirigían a la puerta, pero esta vez había algo distinto. Terminaban en mi recámara. Entré al aposento, no sin antes conocer a mis nuevos guardias. No era broma lo de que estarían ahí toda la noche. Uno era de mi estatura, güero y de ojo azul, mientras que su compañero le ganaba por dos cabezas. Sus ojos eran grises y su cabello castaño. Tenía una cicatriz en la ceja.

Cuando estuve dentro de mi cuarto, cerré la puerta con llave. No había nada distinto. Lovel se acostó en mi cama mientras que yo sacaba la carta de mi manga. Era hora de leerla.

Amaris,

Espero que seas tú la que tiene esta carta, la enviamos con un contacto que tenemos en Kadvav. Por más que nos gustaría saber cómo estás, entendemos el hecho de que sería estúpido tratar de comunicarnos, y no lo habríamos intentado si no fuera porque es una emergencia. Los planes se tienen que adelantar, ha habido algunos problemas con el reino de Kudú, y Nosru está impaciente por actuar, traté de darte el más tiempo posible para que encontraras al brebjón y asesinaras a Damon, pero el tiempo corre. En dos semanas se van a enviar tropas contra Kadvav, espero que esta carta te llegué con anticipación. Sal de Kadvav lo más rápido que puedas, de preferencia junto al brebjón, unos guardias van a estarlos esperando en el río para llevarlos a Doh.

Te deseo suerte.

Nathan.

Tragué saliva, mi corazón iba al mil. En partepor haber recibido una carta de Nathan, y en parte por el hecho de que todo seaproximaba muy rápido. Sentí un nudo en la garganta al ver la fecha de lacarta. Era de hacía siete días. La había mandado hace siete días. Esosignificaba que en una semana los demás reinos atacarían Kadvav.

El Reino De Kadvav: Mi Secreto (#1) [En Curso]Where stories live. Discover now