Capítulo 42; Conociendo Jamaica.

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Ya era mi tercer día en Jamaica y sin duda me quiero quedar para siempre. Estoy embobada con lo transparente de las aguas y el color de la arena y bueno, el clima aquí es más que exquisito.

¡Me encanta!

Con mis padres hemos estado disfrutando demasiado, el día de ayer fuimos a un lugar bastante escondido que se encontraba en la cumbre de un cerro, literal en la punta de este, en la cual estaba rodeada de nubes para ocultar el lugar que era sólo para magos. Digamos que papá terminó algo borracho y quería bailar con mamá, la cual estaba igual de pasada de copas que él y yo bueno, estaba deseando tener un teléfono celular para haber grabado eso.

Ahora me encontraba sentada en el sillón de la sala principal observando el diario el profeta por si salía algo interesante, pero nada.

— ¡Saldré a caminar un rato! –anuncio.

— ¡No vayas muy lejos! –grita mamá.

— ¡Está bien!

Salí del lugar hasta donde hay una pequeña plazoleta con altas palmeras y unos asientos, pasé entre ellos hasta llegar a una pequeña casita que vendían limonadas. Sin duda se me apetecía una, estaba aburrida de tanto jugo de calabaza.

— Hola, me das una limonada con menta por favor –pido.

— No hay problema –dice el chico.

Me senté en uno de los asientos gigantes que quedaba bastante alta para apoyar mis manos en la mesa.

— No eres de por aquí –dice el chico.

— ¿Se nota mucho? –pregunto con una media sonrisa.

— Pues sí, tu acento y vestimenta y bueno sin hablar sobre tu color...

— Eso es racista

— No, no me lo tomes a mal –ríe– estamos en Jamaica, una chica como tú no es de por acá habitualmente

El chico extiende mi limonada la cual se la pago y empiezo a beberla.

— Está deliciosa –respondo– hace bastante tiempo no tomaba una

— Es la especialidad de la casa, literal

Reí.

— ¡Joshua! ¡¿Es que tienes que coquetear con todas las turistas que vienen?!

Una melena de un color rojo pero bastante enmarañado se hizo presente en el lugar y le dio un zape en la nuca al chico. No pude evitar soltar una pequeña risa.

— ¿Y tú de qué te ríes? –dice borde la chica.

— ¿Es que acaso no puedo?

— No

— ¿Por qué no? Es un país libre por lo que sé

— Y este es mi trabajo, así que yo pongo las reglas

— Leyla, no molestes a los clientes

— No te preocupes, lo borde lo lleva en la sangre –dije bebiendo de mi limonada.

La chica se volteó como si del exorcista se tratara y noto como dirigió su mano a su bolsillo tratando de sacar... ¿UNA VARITA?

¿ESTA MALDITA BRUJA ES UNA BRUJA?

— ¡LEYLA!

El chico se abalanza hacía la pelirroja y trata de calmarla, yo aún procesando lo que acabo de ver tomo de un sorbo la limonada y me levanto para dirigirme hacia la salida.

— ¡Si, vete! –grita la chica.

— Lo siento –dice el chico.

— La próxima vez que quieras pelear, que sea a lo muggle y no con tu varita, que por cierto, está bastante fea

¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.Where stories live. Discover now