¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

Capitulo 13; Expelliarmus y Potter apesta.

Estaba caminando hacía las mazmorras cuando me encuentro en pleno pasillo a Ojo loco Moody.

—Buenas tardes, profesor –sonrío cínicamente.

—Señorita Llobett. Me gustaría conversar con usted en mi despacho. Es muy buena alumna y... –bebe un sorbo de poción multijugos. Solo lo observo y no digo nada– me gustaría hablar mas con usted.

—Temo que no es posible, profesor. Ahora tengo que ir a estudiar ya que esta semana tengo un examen importante y no quiero reprobar.

—Tienes que ir, o...

—¿O qué? ¿Me lanzará crucios? –pregunté alzando una ceja y rápidamente me encontraba apegada a la pared, acorralada por ojo loco.

—Tu sabes cosas que yo no sé. Me servirás mucho muchacha. Por algo no me has delatado con Dumbledore. Pero créeme, justo ahora podría deshacerme de ti y así dejarme el camino libre.

Noto como se aleja un poco y saca rápidamente su varita.

—Imper...

—Expelliarmus –digo rápidamente y su varita cae en mis manos.

Levanta las manos y noto su cara de susto. Mantengo mi varita firme mientras me acerco cada vez mas al cuello de Moody.

—Escúchame bien. Tendré mis razones para no delatarte. Pero créeme. Sé como termina todo esto. No vuelvas a dirigir tu varita hacia mí, idiota –mascullé.

Me dirigí hacia mi sala común, aún con la adrenalina. Dios ese fue mi primer hechizo que le lanzo a alguien en una ocasión real.

—Señorita Llobett.

—Hola, profesor Snape ¿Como está? Aparte de con su misma cara de seriedad y ese tono que hasta se me erizan los pelos de la nariz –digo seria.

—No veo lo divertido. ¿Por qué esta con la varita del profesor Moody? –pregunta con cierta curiosidad.

—Oh, si. Lo olvidé. Encontré esta varita en el suelo. Antes de llegar a este pasillo. No sabía de quien era pero ahora lo sé –le entregué la varita en su mano– ahora me retiro, profesor.

Entro en la sala común y noto una cabellera platinada resaltar desde uno de los sillones de cuero. Junto a el idiota, se encuentra la cara de perro y bueno, sus gorilas.

—Creo que Halloween se nos adelantó –dijo Pansy a lo que Crabbe y Goyle rieron. Malfoy sólo sonrió de lado.

—Ya veo. Pero no te preocupes Parkinson no es necesario que te disfraces –digo divertida.

—¿Que?

—Lo perra y lo idiota ya lo tienes. Solo busca un collar y ya eres un asqueroso y feo perro –suelto algo disgustada y veo su cara de enojo. Miro hacia Malfoy... esperen ¿Se está tapando la boca para no reír? Definitivamente le pediré los lentes a Harry para poder ver mejor.

—¡Draco dí algo! –chilla mientras mueve un poco el brazo de Malfoy. Levanté una ceja y solté una carcajada.

—¿Y qué quieres que haga? –dice Malfoy frunciendo el ceño mientras la mira.

—¡Pues algo! ¡Defiéndeme! –me apunta Pansy.

—Puedes hacerlo tú misma, Pansy –dice mientras se levanta a la estantería a sacar un libro. Por lo que creo. Pansy me miró con cara de querer lanzarme un Avada. Reí y le tiré un beso al aire.

—¡Eres una tonta! –grita Pansy.

—Ni que me llamara Pansy –dije antes de adentrarme hacia los dormitorios de las chicas. Como cansa esa Parkinson. Al entrar me puse pijama y cepille mis dientes. Hoy fue un día agotador. Cerré mis ojos y caí rendida en mis sueños.

—¡Levántate Aileen!

—No la despiertes, no tienes cara de despertador.

—No seas mala Pansy.

Me remuevo en mi cama y veo a Pansy arreglándose su cabello y Daphne removiendo mi brazo.

—Creo que me quedé dormida –susurro.

—Arriba, bella durmiente –dice Daphne destapando mi cama. Joder, que frío.

—De bella no tiene nada –canturrea Pansy la última sílaba.

Ruedo los ojos. Tomo mi uniforme y me meto a la ducha. Lavé mi cabello y me unté crema corporal. Arregle mi cabello que ya estaba demasiado largo que me llegaba hasta la cadera. Me puse rímel en mis pestañas. Me gustaba, hacía que mis ojos se vean mas llamativos. Saque los ojos de mi padre. Verde esmeralda. Hermosos.
Salgo del dormitorio y paso por la sala común. Dios me persigue la desgracia. ¿Por qué, diosito? ¿Por qué?

—No tengo ganas de pelear, Malfoy –digo mientras pasaba por el lado del esquivándolo.

—Yo tampoco. Y por eso, te doy esto en son de paz –dice entregándome un botón con la cara de Cedric.

—¿Los hiciste tú? –pregunto alzando una ceja. Algo anda mal. ¡Por dios es Malfoy!

—Sip –sonríe con arrogancia.

Vaya que raro. Noten mi sarcasmo.

—Espera, esto es lo mejor.

Noto como hace que cambie el botón y aparece la cara de Harry con letras "potter apesta". Eso era lo que esperaba.

—¿Que tal? ¿Te gustan? –suelta una carcajada mientras lo fulmino con la mirada.

—Métetelas por donde no te llega la luz del día, hurón –solté enojada mientras le tiraba el botón en su pecho. El sólo rió.

—¿Hurón? –ríe– ¿De nuevo con ese apodo? Que mal gusto tienes para los apodos, Llobett.

—No te vayas a convertir en uno, ricitos de oro –sonrío cínicamente mientras guiñaba mi ojo derecho. Malfoy frunció el ceño y me siguió con la mirada hasta que salí de las mazmorras.

Este idiota hará que lo mate algún día. J.K Rowling dame paciencia. Por favor, te lo imploro.

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