¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

Capitulo 33; Afrodita.

Me encontraba con mis amigos caminando por el colegio, nadie decía nada, sólo éramos almas sumidas en pensamientos y recuerdos rotos. Me sentía llena de dolor, rabia, me sentía inútil e insuficiente. Pude haber echo algo más, pude haber salvado a Cedric. Tan cerca que estuve.

—¿Crees que alguna vez tendremos un año tranquilo en Hogwarts? –dice Ron sacándome de mis pensamientos de Cedric.

—No –respondimos al unísono. Suelto una pequeña risa, sin gracia, sin vida, sin Cedric.

—No, ojalá no. Por qué ¿Que sería la vida sin dragones? –dice Ron.

Sonrío sin ninguna gracia, de nuevo. Miro a Hermione y noto su mirada algo perdida. Frunzo el ceño.

—¿Qué pasa? –le pregunto.

—Todo cambiará ahora ¿no? –dice.

—Si –asiente Harry.

Bajo mi mirada hacia el suelo, miro mis zapatos como si estuviera mirando algo interesante.

—No fue tu culpa –dice Harry a su vez que ponía una de sus manos en mi hombro.

Levanto la mirada y me encuentro con sus ojos, tristes al igual que los míos.

—Pude salvarlo, pude hacerlo pero, pero él...

—Aileen, no eres culpable de la muerte de Cedric, no lo eres. Sólo que Voldemort fue más rápido...

—¡Nosotros pudimos ser más rápidos! -grito.

—Aileen

—Si sólo hubiéramos corrido más rápido...

—¿Si sólo hubiéramos?. Ya no hay que lamentarse por las cosas que ya pasaron. ¡No hay que buscar ningún culpable entre nosotros! -dice Harry levantando las manos- ¿Crees que no me lo cuestiono? Ail -veo como toma mis manos y me mira directamente a mis ojos, que obviamente están llenos de lágrimas- no fue la culpa de nadie, ni de ti, ni de mí. El culpable ha vuelto y no será lo único que haga ahora que está de vuelta, pero lo único que sé es que la muerte de Cedric no habrá sido en vano. -siento como Harry me aprieta en su pecho y me funde en un abrazo paternal.

—Duele -susurro mientras mojo su sweater con mis lágrimas.

—El dolor es temporal, tenemos que estar más unidos que nunca. Como ha sido este tiempo.

—Supongo que tienes razón, Harry -digo al secarme las lágrimas.

—Y así será -dice Hermione después de abrazarme.

Quedamos en silencio, un silencio tranquilo y de reflexión por unos segundos.

—Prometan que me escribirán –escucho como Ron se queja– por favor.

—Yo no. Sabes que no escribo.

—¿Harry tu lo harás? –pregunta esperanzada.

—Eh, si. Cada semana –reímos.

—No tengo por qué preguntarte, Aileen. Sé que lo harás –sonríe mientras me abraza.

—Por supuesto –susurro.

Veo como se dirigen hacia un balcón.
Empiezo a pensar ¿Quien lo diría? Yo. Aileen Acacia Llobett, amiga de Harry Potter. Y antes, lo aborrecía al escuchar sólo su nombre. Sonreí. Miré hacia mis amigos. Algo en mí se removió.

—Chicos...

—¿Si? –dijeron los tres a la misma vez, mirándome.

—Sé que... se que tienen dudas. Más tu Harry. No tengo drama en contarles todo. Pero la otra vez cuando intenté hacerlo, ocurrieron cosas y...–susurré lo último.