Capítulo 36; El ropero L.

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—¿Han visto a Adriá? –pregunté.

Estaba bajando las escaleras de mi casa. No encontraba a Adriá, le había mandado una carta a Draco y ahora quería responderles a Logan y a Dylan que están pasando las vacaciones juntos en Brasil, ya me los imagino a estos dos, el par de weones disfrutando de sus mejores vacaciones.

—Debe de estar por llegar, tu papá envió una carta hace un rato -responde mi mamá.

—¡Acacia!

Mi papá entra por una puerta trasera que da hacia nuestro jardín que realmente es precioso gracias a mamá, lleno de muchas flores de todos los colores y tipos; tulipanes, girasoles, rosas blancas, rojas y azules, dalias, lirios, entre otras. Además que está adornando con estatuas de criaturas mágicas que se mueven para cambiar de postura, en definitivamente es una mezcla entre mis padres y me encanta.

—Necesito si me puedes ayudar con el Nundu -dice papá.

—Damen, iré donde Ani. Recuerda que la iré a visitar por el tema del divorcio mágico.

—¿Cómo está? –pregunta.

—Horrible. No come, ni se ducha...

—Wow, se parece a tí papá –respondo.

—Ja ja.

—Nos vemos cariño, Aileen puede ayudarte. ¿Estás ocupada? –pregunta.

—Mientras espero a Adriá no hay drama, me encantaría ver tus criaturas papá –lo miro emocionada.

Osea. ¿Cuántas veces tienes la oportunidad de ver a cientos de criaturas mágicas en un mundo desconocido? Bueno, ahora diría que siempre, pero bueno, se los pregunto a ustedes.

Mamá salió de casa rumbo donde la tía Ani, llevándole nuestros saludos. Tomé dirección hacia donde mi papá se dirigiría mientras se arremangaba los puños de su camisa color caqui. Pude notar unos pequeños rasguños en sus antebrazos, debe de ser por sus criaturas. Cruzamos el patio trasero de nuestra casa, llegando hasta la oficina de papá, que bueno es más que nada una cabina con varios estantes, libros y uno que otro mueble. Papá es un increíble Magizoologista, ha ganado varios reconocimientos hacia sus habilidades y descubrimientos acerca de las criaturas mágicas, pero lo más increíble es tener una academia de alto nivel para el cuidado, estudio y el trato hacia las criaturas mágicas de todo él mundo mágico. Sip, mi papá es brillante.

—¿Papá y dónde es que tienes tus criaturas?

—¿Creías que tendría a mis bebés a la vista de cualquier mago? –ríe- eso es muy vintage.

Elevo la ceja. ¿Enserio? Miro a mi alrededor y me fijo en un ropero color café oscuro, del porte de mi dedo índice, pareciera si fuera un llavero. Me llamó mucho la atención y lo tomo despacio, mi papá me lo arrebata con cuidado de las manos mientras lo mira con admiración.

—Supuse que te darías cuenta.

—¿Huh?

Saca su varita y deja el llavero en el piso y en un lugar alejado de la habitación. Con un movimiento de mano hace que aquel diminuto ropero café se haga inmenso y esas dos puertas pequeñas, ahora midan más de 1,90. Un ropero precioso, con una letra L tallada en medio, con adornos y detalles que nunca se podrían ver cuando era un ropero pequeño. Tomo el pomo de una de las puertas, que suave.

—Quiero que aprendas este hechizo. No cualquier hechizo muestra la verdadera forma del ropero...

—¿Lo hiciste tú?

—Así es. Y espero que algún día, seas tú quien se adentre a este mundo del ropero.

—Papá, aún no sé que es lo que quiero...

¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.Where stories live. Discover now