¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

Capitulo 24; Ron es un idiota y buscando Branquialgas.

Draco tomaba mi mano mientras caminábamos hacia la salida del Gran Salón. Ha sido una noche increíble. Estábamos por doblar en el pasillo hasta que escuchamos gritos provenientes de Hermione.

—¡Pues ahora ya sabes la solución!

—¿Cual es? –dice Ron.

Me acerco con Draco de la mano y observamos aquella situación. Él se encontraba con una leve sonrisa. Le pegué en el pecho. Idiota.

—¡En el próximo baile ten el valor de invitarme antes que alguien más lo haga! –grita Hermione mientras veo como sus ojos brillan cada vez mas. Va a llorar, no–, y no como tu último recurso –solloza

—Pero, si-si ni siquiera estábamos hablando de eso –me mira y ve mi mano entrelazada con la de Draco. Hace un gesto de asco– Aileen...

—¡¿Donde estabas?! –me pregunta Hermione.

—Eh... estaba...

—Hola –dice Harry y Draco suelta un bufido.

—¡¿Y tú?!... ¡No importa ya váyanse a la cama los tres!

Draco dio un respingo y retrocedimos.

—Se vuelven odiosas con la edad –dice Ron mientras sube las escaleras.

—¡Ron! –grito.

—¡Siempre estropeas todo! –grita Hermione mientras se sienta en los peldaños de la escalera a llorar.

—Vámonos –me dice Draco guiándome hacia las mazmorras pero lo detengo.

—Me quedaré con Hermione –digo firme. Rueda los ojos y suspira.

—Sigo sin creer que eres amiga de un...

—Adiós, Draco.

Doy media vuelta y me dirijo hacia donde está mi amiga. Sola, llorando. La abrazo y beso su cabeza. Ella me mira y ve detrás de mi hombro.

—Te está esperando –susurra mientras se limpia las lágrimas con la palma de sus manos.

—Se irá luego –le respondo en un susurro.

—Ve con él –solloza– quiere estar contigo.

—Tú estas primero. Las amigas siempre van antes que un chico –la abrazo y solloza más fuerte– chicos hay muchos, pero amigas como lo eres tú no muchas –recité lo que una vez dijo mi mamá.

—Eres la mejor –me abraza– Ron... Ron es un...

—Idiota, lo sé. Tiene una forma extraña de demostrar que le gustas. O más bien, aún no se da cuenta que le gustas, tal vez tenga miedo y no quiera aceptarlo –susurro.

—Yo soy la idiota por enamorarme de él.

—No. Él es el idiota que no se da cuenta del tipo de mujer que tiene frente a sus ciegos ojos.

—Gracias –susurra– será mejor que me vaya a dormir.

—Descansa –beso su mejilla y la ayudo a levantarse.

—Luego... me cuentas –frunzo el ceño y apunta con la mirada tras de mi.

Doy media vuelta y lo veo. Sigue ahí parado mirándonos apoyado en la pared con los brazos cruzados. Serio. Se ve muy guapo.

—Se te caerá la baba –dice Hermione.

—No digas tonterías –la miro.

—No lo hago –ríe– buenas noches, Ail –me abraza y veo como toma su rumbo hacia su sala común.