¡Estoy en Harry Potter! {Draco Malfoy} | El cáliz de fuego.

Capitulo 30; Tarde en Hufflepuff y Petrificus Totalus.

Me encontraba en dirección a la sala común de Hufflepuff. Cedric me había invitado a su pequeña junta que harán. Me siento mejor que ayer, creo que esto hará que mi mente esté concentrada en otra cosa y dejar de pensar en lo que pasó ayer en el Lago. Considerando que soy una serpiente, me siento bien que me hayan considerado en su tertulia. Reí. Díganlo varias veces. Tertulia, tertulia, tertulia. Me encontraba pasando por el pasillo que da a las cocinas de Hogwarts cuando noté a Cedric apoyado en un barril.

—Hola, serpiente.

—Hola, tejón –lo saludo.

—Te estaba esperando –sonríe– no querrás ser bañada en vinagre, ¿no?

—Nadie quiere pero, ¿por qué lo dices? –pregunto frunciendo el ceño mientras nos ubicábamos frente a varios barriles.

—Si no sabes tocar al ritmo de Helga Hufflepuff, tocas el barril equivocado o golpeas un número incorrecto de veces, la tapa de uno de los barriles se abre y bueno, simplemente te baña en vinagre –levanta los hombros mientras veo como Cedric hace sonar los barriles a un ritmo agradable.

—Wow, es mas entretenido. Yo solo digo una contraseña y ya, es aburrido –dije mientras estaba caminando detrás de Cedric.

—Bueno, es verdad –ríe al momento de llegar a la sala común.

—Se ve acogedora –dije admirando la sala de los tejones.

Observé cada detalle de la sala común de Hufflepuff. Se encontraba adornada con sillones, unos cactus que bailan, dios quiero uno de esos. Además de unas estanterías acomodadas en las paredes. Toda la mueblería y el equipamiento que se encontraba ahí están conjugados con los colores amarillo y negro, asociados a los colores de su casa.

—¿Te gusta? –dice un chico castaño y cachetes rosados–
Justin Finch-Fletchley –estira su mano.

—Aileen Llobett –la estrecho– por supuesto que me gusta. Es muy acogedora –confieso.

—Es verdad, es muy tranquila –dice esta vez Cedric.

—Varios no estábamos de acuerdo que una serpiente asistiera a nuestra reunión, pero si eres amiga de Cedric debes de ser buena persona –comenta.

—Lo es –responde Cedric.

—Excepto cuando no lo son, hay algunos que son groseros sólo por ser de Slytherin.

—Es normal, están a la defensiva –dice Justin.

Ayudé a Cedric a llevar bebestibles y comida para la sala común. La gente perteneciente a la casa de Hufflepuff comenzó a llegar. Era la única chica de otra casa. Mejor, soy la única persona de otra casa. Eso me hizo sentir especial. Pasaron las horas y nos encontrábamos junto a Cedric, Justin y otros 3 amigos más de Cedric, sentados frente a la gran chimenea.

—¿Y le dijiste que sí? –pregunta Matt. Un amigo de Cedric.

—Sip –asiento mientras bebía jugo de calabaza– es otra persona cuando lo conoces. Conmigo es... diferente –confieso.

Estábamos hablando de Draco.

—¿Draco Malfoy siendo tierno? –frunce el ceño Cedric haciendo que todos soltemos una fuerte carcajada– créeme querida Aileen que es más creíble ver a Fred y George sin hacer bromas a que digas que Draco Malfoy tiene sentimientos.