Capitulo 14 [14.3]

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Seth había disfrutado matar a ese infeliz. Había saboreado su sangre en su hocico e incluso, se atrevió a desgarrar su abdomen, gozando de los alaridos del pobre imbécil cuando sus garras penetraron en la suave carne.

Al cabo de un rato, lo que parecía una proeza se convirtió en un fastidio. Las lamentaciones de aquel imbécil eran tan asiduas y aberrantes que una parte de él buscó acabar con su vida lo más pronto posible. Sin embargo el delgado cuello no resistió el embate de la bestia y, sin proponérselo, termino con una cabeza ensangrentada colgando de su hocico

Seth permaneció en completa quietud. El viento sopló, anunciando que una torrencial lluvia se avecinaba. Las hojas en las árboles acompañaron su compás, alborotandose y cayendo sobre su blanco pelaje. En un mundo sin audición, lo único perceptible para Seth era la voz de su propio lobo, quien orgullosamente, lo felicito por la cacería.

Miró al cuerpo inerte que yacía sobre la tierra húmeda y, mientras se hacía con la cabeza de aquel hijo de puta, Seth pensó que había cruzado el límite de lo civilizado. En la posibilidad de dejar que el Clan se hiciera cargo y mantenerse al margen.

<<Dejate de lloriqueos. Sabes que tenia que hacerse>> repusó la voz de la bestia.

Las cavilaciones dentro de Seth le impidieron percatarse de la presencia de Felton y Rhodes, quienes lo miraban atentamente desde lo alto de la colina. El primero como un lobo marrón de fuerte constitución. El segundo, de un pelaje tan negro como el carbón. 

Ambos bestias rodearon su flanco derecho e izquierdo. De inmediato, todos sus instintos le indicaron liberar lo que quedaba de su presa; encarando a ambos machos con un gruñido como primera advertencia.

Sin embargo, aquello no fue suficiente para amendrentar al lobo marrón, siendo Seth demasiado lento para esquivar el embate. La bestia se abalanzó sobre él, logrando morder una parte de su lomo blanquecino. Los fuertes colmillos se afianzaron en su carne, así que Seth se echó al suelo, girando sobre si y consiguiendo herir a su adversario.

Felton le soltó.

Seth sostuvo apenas el aliento, lamió su hocico intentando controlar su creciente ansiedad.

<<No hay marcha atrás>> declaro, la bestia.

Con avidez, observó al lobo marrón gruñir en su dirección, así que Seth hizo lo mismo. Enseñó los largos colmillos,  preparándose para saltarle por encima.

Un segundo antes, se percató de lo robusto que era su adversario y que su tamaño podría darle ventaja. Con eso en cuenta, Seth saltó lo más alto que pudo. Se abalanzó sobre Felton y consiguió prenderse de su mollera.

Todo a partir de ahí fueron embestidas y mordeduras. Aunque fue difícil al principio,  pudo seguir el ritmo de la pelea. Sin embargo, perdió el equilibrio cuando Felton golpeó su ojo derecho, cayendo ambos al suelo.

Entre gruñidos, Felton mordió su oreja, lo que provocó un lamento de su parte. Era consciente de que, sino actuaba con rapidez, ésta sería solo un recuerdo al finalizar el duelo.

Por ello, se impulsó hacia Felton, derribandolo y cayendo con él cuesta abajo.

Justo cuando estaba por volver a atacar, Seth escuchó un disparo. Se volvió a sus espaldas, encontrando a Travis Font con el arma en mano y a un par de centinelas, mirandoles atentamente.

—¡Joder, dejen eso de una puta vez!

Los labios de Travis se movieron veloces, pero Seth estaba seguro de lo dicho.

Seth miró hacia Felton, todavía en su forma de lobo y pidiendo a gritos un par de golpes más. 

—¡Con un carajo, Felton!—increspó, Travis —¿¡Siquiera sabes que ella está bien!?

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