Marisol es una joven educadora con un corazón compasivo, hasta que un inesperado acontecimiento perturba su vida. Motivados por su sufrimiento, las hermanas Gutiérrez se mudan a Refugio, un pequeño pueblo, oculto en las montañas de Carolina del Sur...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡¿Tenías el cabello largo?!— preguntó, Gabriela con asombro desde el asiento trasero del Jeep escarlata de Ana.
Los reclinatorios habían sido modificados para alojar la silla de ruedas una vez que Sofí tuviera que ser trasladada a casa. Gabriela, Marisol y Dan habían sido los encomendados para traer a Sofía de vuelta. Mientras tanto, el resto de sus familiares preparaban una cena en conmemoración por la feliz ocasión. Feliz para todos ellos, aunque no implicara lo mismo para Sofí, quien todavía portaba un incómodo yeso que le restaba movilidad.
—No tan largo. Por encima de los hombros. Quizá un poco menos— respondió Daniel Felton sin perder la concentración en el camino frente a él. Por el momento, Marisol admiraba la abstracción en el fiero semblante masculino. Dan era el tipo de persona que se tomaba las cosas con seriedad, apretaba los labios cuando estaba concentrado y jamás demostraba sus debilidades abiertamente. Su autoconfianza y prudencia eran de agradecer, ya que las carreteras en Refugio eran engañosas; las prominentes curvas acompañadas de precipicios cualesquiera que no se hallaban señalizadas en su totalidad. Un excelente punto para discutir en la próxima junta vecinal.
—¿Igual a Willy Wonka en La fábrica de chocolate?— intervino nuevamente Gabriela, expectante por la respuesta.
Gaby, la hermana menor de Marisol, había ganado la reputación de ser la más entrometida de la familia y dar un giro inesperado a las conversaciones. Por supuesto, la joven Gaby que nunca había decepcionado antes; siempre se esforzaba por estar a la altura de tal denominativo. Era mejor eso, que resultar aburrida.
—No tengo idea de que estás hablando— expresó Daniel con imparcialidad.
—Eso no es excusa. Has pasado demasiado tiempo con nosotras. A estas alturas deberías saber que es un personaje interpretado por Johnny Deep.
—El novio de Gabriela— intervino inesperadamente Sofí, quien había permanecido más callada que nunca, provocando que la propia Marisol pareciera una ávida conversadora durante el trayecto de regreso a casa.
Fue entonces, que Gaby dedicó una mirada satisfecha hacia Sofía, pronunciado con orgullo que había entregado su corazón desde que lo vio interpretar el papel protagónico en Edward Scissorhands.
—Todavía no puedo explicarme porque Kim nunca fue a verlo— dijo Gaby con un toque de tristeza.
—¿Kim?— intervino Dan, justo a tiempo para aparcar la camioneta en la cochera de su casa. Daniel había tenido la gentileza de estacionar el auto donde Sofía no pudiera presenciar del todo los cimientos calcinados de la propiedad vecina. Nadie se había angustiado más por la propiedad que Sofí. En buena medida, podía explicarse dada su naturaleza responsable y diligente. No obstante, Sofía había sido la mayor aportadora en el pago de la hipoteca, era justo que ella quisiera estar al tanto. Previo a su visita, los Gutiérrez y Dan acordaron aplazar los informes de la restauración a su hermana, temerosos de que esto último provocara una tardía recuperación.
