Capítulo 82

3.7K 510 289
                                    

N/A: ¡Gracias a las personitas que a pesar de mi ausencia permanecen aquí! Realmente me pone muy contenta saber que les gusta lo que escribo, hacen de esta experiencia mucho más bonita y emocionante ♡ 

Si les soy completamente sincera, por mi personalidad un poco fantasmona/introvertida hay veces en las que me da cierto pánico saber que esta historia es leída por tantas personas, por que al fin y al cabo para mi son simples escenarios que termino escribiendo solo para divertirme un poco y salir de mi rutina, pero estoy esforzandome para continuar con esto y hacerlo un poco más emocionante.

Asi que sí, realmente gracias por estar aquí, regalandome un poquitito de tu tiempo cada lunes, tu compañía me hace sentir muy afortunada ♡ 

⊱⋅ ──────────── ⋅⊰

—Eso estuvo… ¡Genial, hay que volver a hacerlo! —exclama Kirishima extasiado observando a Shinsou e Iida.

Iida acomoda sus lentes mientras le mira con dureza. — ¡Definitivamente no, lo que acabamos de hacer está en contra de las reglas! —exclama moviendo sus brazos de forma incansable.

—Y… ¿A dónde se supone nos dirigimos? —inquiere Shinsou observando cómo rápidamente las calles se transformaban en grandes campos verdes.

—Ah, no lo sé… ¡Yo solo me subí! —responde de forma inocente Kirishima mientras sonríe, posicionando ambas manos sobre sus caderas.

Shinsou e Iida escuchan esa voz orgullosa mientras sienten como un balde de agua fría les cae por la espalda.

────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────

¡¡Regresa aquí, Bakugou!!


El paisaje gris ciudadano y de locales por doquier había sido reemplazado por largos prados. El verde inunda cada mirada que de forma paciente y tranquila observan a través del ventanal del autobús.

Kirishima Eijirou deja caer ambos de sus brazos hacia el asiento de enfrente, interrumpiendo el descanso de una ancianita.

—Hacia dónde nos dirigimos, ¿abuelita? —inquiere curioso y con un rostro inocente decorar.

La pequeña anciana que mantiene sus ojos frente a los grandes campos carraspea su garganta antes de responder. —Hacia el otro extremo del país. No sé porqué es que han subido muchachos tan jóvenes en un bus para el hogar de ancianos.

—Oh.

Shinsou presiona sus labios y avanza hacia el conductor. — ¿Nos podría dejar en la próxima parada? Por favor…

El sujeto le mira por el rabillo del ojo un segundo antes de responder, entonces asiente. —Estén atentos, no me detendré dos veces. —añade en calma sin desviar su mirada de las largas calles. —Pensé que serían algún tipo de guías irresponsables por la forma en que abordaron, pero ya veo que solo son tres individuos perdidos.

Shinsou asiente y le agradece profundamente, mientras regresa a su asiento.

Mientras Iida y Shinsou se mantienen sentados, escuchan como Kirishima ha entablado una conversación animosa con la ancianita, ahora sentado a su lado.

Y luego de treinta y cinco minutos, por fin el conductor se ha detenido, dejándolos en una carretera abandonada.

—Mmm… —deja escapar Iida Tenya observando a sus alrededores y percibiendo solo olor a campo en sus fosas nasales.

Con detenimiento saca de su bolsillo un pequeño pañuelo y quita sus lentes, limpiándolos con suavidad.

—Sensei. —dice Iida clavando sus azulinos sobre el profesor de literatura. — ¿Por qué no hemos podido bajarnos antes?

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now