Capítulo 61

12.3K 1.7K 2K
                                    

|Pizza nocturna|

— ¿Cómo has dicho? —insistió. 

Entonces Izuku alzó su mirada con evidente nerviosismo. 

— ¡Katsuki-san, si usted quisiera, ¿podría cenar conmigo?! 

________________

Bakugou abrió sus escarlatas perplejo. 

¿Había escuchado bien? 

¿La chihuahua estaba invitándolo a una cita?

Sonrió orgulloso y se cruzó de brazos. — ¿Hah? —soltó sonriente. — ¿Crees que aún tengo hambre luego de todo lo que me has dado de comer? —inquirió, notando como el rostro de Izuku se deformaba. 

¡Era un estúpido!

¡Desde luego el ya había cenado, genio! 

Se regañaba a sí mismo. 

Entonces sintió a Bakugou tocar su hombro izquierdo, y por consecuencia, sintió el repentino tacto de la mejilla del rubio ceniza junto a la suya. 

Sus jades se abrieron a más no poder, mientras sentía el cuerpo del mayor envolverlo sutilmente a sus espaldas. 

¿Katsuki-san le estaba abrazando?

Tragó saliva quedándose en su lugar incluso sin respirar. 

Su mundo pareció detenerse de pronto. 

—Mira, allí venden pizza. —respondió señalando a una pizzería con su dedo. — ¿Quieres una? 

Izuku le miró, sintiendo la respiración pesada de Bakugou cerca de sus pecas. 

Y asintió suavemente y en silencio, sin quitar sus jades tímidas por sobre Bakugou, admirando cada centímetro de su rostro. 

—Bien, vamos. —dijo Bakugou al instante en que lo tomaba de la muñeca para comenzar a caminar. 

Camino tras él completamente embobado, dejándose llevar por el mar de emociones que sentía en aquellos instantes. 

Si de algo estaba seguro, era que no quería que esta noche acabara nunca. 

{...} 

—Ni lo pienses. —gruñó Bakugou observando cómo Izuku sacaba su billetera para pagar el pedido frente a la cajera. 

Éste parpadeó y le miró confundido.

—Pero yo lo invité a usted… —murmuró sin comprender qué sucedía. 

— ¿Por qué no mejor guardas ese dinero en tu maldito cerdo de los ahorros? —preguntó Bakugou al instante que extendía los billetes sobre la mesa. — ¿Quieres refresco o agua? 

—Ah, pero—

—Dije, ¿quieres refresco o agua? —insistió el rubio ceniza, observándole con mirada amenazante. 

Izuku lanzó un suspiro y bajó sus manos. —Agua está bien. —respondió. 

—Y dos botellas de agua. —acabo de pedir Bakugou mientras observaba el cómo la cajera asentía mientras recibía su pedido. 

Realmente quería invitarlo él, al fin y al cabo había sido su idea. Ahora se sentía un real aprovechado. 

Pero solo recibió un golpe en la nuca y un gruñido en respuesta. —El día en que aprendas a no contradecirme será el fin del maldito mundo. —gruñó el rubio a su lado. — ¿Querías cenar conmigo? Muy bien, cenaremos juntos, pero aceptaras también mis jodidas condiciones mocoso. 

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now