Capítulo 29

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Cita educativa II

¡La cita ha comenzado!

Sábado, 15:26 P.M.

La línea del tren se encontraba casi vacía a esas horas. El recorrido era con abundante luz solar, que traspasaba sin problema alguno las pequeñas ventanas que tenía el vagón.

—Siéntate. —murmuró Katsuki, señalando con su dedo.

Izuku asintió y se sentó con suavidad. Dejó su mochila sobre sus piernas.

Entonces Katsuki se sentó a su lado, estiró su cuello y dejó caer su cabeza hacia atrás, apoyándose en el acolchado respaldo del asiento.
Sus ojos escarlatas se semi cerraron y sus manos fueron directamente hacia sus bolsillos.

Cualquiera diría que era una posición bastante relajada, comparándolo con su acompañante peliverde que se veía muy nervioso.
Sus manos abrazaban su mochila sin descanso alguno.

Cada cierto tiempo, se entregaban ciertas miradas.

Sus ojos se cruzaban, aún con el silencio presente.

Los ojos jade no podían evitar observar a los carmesíes que seguían semi cerrados, pero sin quitar la vista sobre su silueta nerviosa.

Las constantes miradas que se entregaban cada cierto tiempo era algo de lo que Katsuki ya estaba acostumbrado, aunque, sonriendo a sus adentros veía como su alumno no podía lograr aquello.

Su sola mirada carmín sobre su silueta bastaba para entonces, observar aquellos ojos esmeraldas mirarle de manera fija por un par de segundos. Luego, giraba su mirada con rapidez hacia el frente, fingiendo buscar algo en sus bolsillos por ya quinta vez.

Qué fácil eres de leer, Deku.

No tardaron mucho en bajarse de aquel vagón. Entonces, comenzaron a caminar de manera lenta por la acera, dejándose llevar por el suave viento que mecía ambas cabelleras.

El camino en sí era muy agradable.

Habían parques enormes con frondosos árboles y juegos para infantes, también puestos de helados coloridos, como también de dulces.

La brisa era fresca y la gran variedad de flores coloreaba de manera perfecta la zona.

El sol también favorecía plenamente el ambiente.

Sin duda alguna, era el día perfecto para la cita.

Izuku mirando hacia sus zapatos, instintivamente presionaba sus manos contra las correas de su mochila.

—Uhmmm... —balbuceó de pronto, rompiendo el silencio que había en esos instantes.

Katsuki le miró de reojo, a su lado. Mas no detuvo su caminata.

Espero en silencio qué era lo que quería decir.

—Sensei. —dijo Izuku, posando su mirada curiosa sobre él.

— ¿Qué pasa? —preguntó, observando cómo un gato corría con un pescado en su hocico y se perdía entre las calles.

— ¿A d-dónde iremos? —preguntó, con sus labios presionados.

—Quién sabe. —respondió.

— ¿Cómo dice? —preguntó extrañado.

Katsuki le medio sonrió. — ¿Qué pasa, tienes miedo?

— ¡Oh, por supuesto que no! —exclamó, moviendo sus manos de manera incesante frente a él.

— ¿Ehh? —soltó, deteniendo su caminata, para mirarle de manera seria. Entonces clavó sus escarlatas sobre él, de manera lenta. —Yo que tú, huiría ahora mismo, chihuahua... -murmuró de manera frívola. —Ni siquiera te imaginas qué es lo que les hago a los mocosos ingenuos que me siguen por aquí. —dijo, con sus escarlatas brillantes sobre él, sin mover un solo músculo.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now