Capítulo 39

14.6K 2.2K 1.9K
                                    

|El maldito sueño perfecto|

Sus ojos jade brillaban de una manera malditamente hermosa. 

Estaban tan grandes y brillosos como siempre. Y sus pecas se veían pequeñas desdea lejanía. 

Sí, era Deku. 

No cabía duda que era él. 

Sonrió a sus adentros y sintió como de su estómago nacían leves cosquilleos. 

Quería atraparlo entre sus brazos, maldición. 

Se veía tan lindo a las afueras de su puerta con aquella bolsa entre sus manos, observando al suelo de manera tímida mientras le sonreía. 

¿Porqué demonios no puedo estrecharte entre mis brazos, Deku? 

Entonces notó que le dijo algo. 

No le entendió una mierda, pero supuso que quería entrar. 

Ah, que idiota. Se había quedado observándolo tan de cerca que no le estaba prestando atención. 

Entonces abrió la puerta rápidamente y notó como entró de manera lenta y dando pasos nerviosos. 

Lo notaba porque dio pisadas pequeñas. 

Ahhh... ¿Qué demonios haces aquí, Deku? 

Se preguntaba mientras observaba aquella cabellera peliverde sobresalir de su sofá. 

Abrió rápidamente el refrigerador y entonces notó que sólo le quedaba una botella de jugo, debería comprar más. 

Cogió un vaso y le sirvió rápidamente. 

Sus ojos escarlatas no podían despegarse de él. 

No había manera posible de hacerlo en esos instantes, era como una presa, era como una maldita obsesión, era como la maldita cereza del pastel. 

Tragó saliva duramente y se acercó hacia él, extendiendole el vaso. 

Noto como le agradeció con una sonrisa y con suavidad, tocaba sus dedos sin quererlo. 

Le sonrió de manera seductora, de manera tentadora y entonces se lanzó en el sofá junto a él. 

Dime Deku, ¿cómo podría evitarlo? Eres como una maldita necesidad para mi cuerpo en estos instantes, ¿sabes la cantidad de cosquilleos y pequeños calores que estoy sintiendo ahora mismo en mi interior por tu culpa? 

Sin duda, no podía despegar su maldita mirada escarlata sobre él. 

Entonces notó que aquella mirada esmeralda le observaba nerviosa y temblorosa. 

Seguramente por su cercanía. 

Entonces no lo dudo y hundió su rostro en su cuello, oliendo su aroma. 

El maldito aroma que tanto le embriaga, ¿cómo podría cambiar? 

Maldición, si esto era un jodido sueño, rogaba no despertar nunca. 

Entonces alzó su mirada escarlatina debido a que el peliverde se había intentado separar de él. 

¿Por qué, Deku? ¿No lo disfrutas? 

Entonces clavó sus escarlatas sobre él y noto temblores en su boca. 

¿Por qué estaba asustado? Al fin y al cabo él había sido quien había decidido ir a visitarlo.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now