Capítulo 38

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|Negra Sombra|

— ¡Saluuud! —exclamó Mitsuki a un lado de Inko, con sus mejillas levemente enrojecidas.

— ¡Salud! —exclamó el resto al unísono.

Todos estaban ya instalados en la mesa, listos para la cena.

Excepto Inko.

Inko frente a Toshinori no paraba de pensar en qué era lo que estaba sucediendo.

Sus manos solían verse medianamente dubitativas. Giró levemente sus esmeraldas confundidas hacia su amiga, Mitsuki, quien le sonrió con plena confianza y seguridad abundante.

Entonces le sonrió, pareciendo tranquilizarse.

No espero más y se sentó en la mesa de manera calmada.

Si de algo estaba segura, era que definitivamente no debía temer ante nada. Al fin y al cabo, estaba con Mitsuki.

Masaru le sonrió calidamente apenas observó como Inko se sentaba. —Bueno, una vez más, gracias por venir Toshinori, Inko-san. —agradeció sonriente. —Los veo algo nerviosos. —añadió, observando como Toshinori doblaba la servilleta de una manera extraña.

Toshinori rápidamente detuvo los dobleces y alzó su mirada azulina.

— ¡Claro que no! —exclamó sonriente, con una de sus manos tras la nuca.

Inko le sonrió dulcemente, como si le entendiera perfectamente en esos instantes. —No es eso, es solo que estoy algo sorprendida, hehe. —confesó, rascando su mejilla con su dedo índice suavemente.

—Sí... Ella es la madre de uno de mis alumnos, el joven Midoriya. —añadió el rubio bebiendo un poco de champagne.

A Inko le brillaron sus ojos esmeraldas. — ¿Cómo se ha comportado mi bebé? —preguntó contenta.

— ¡Excelente como siempre! —exclamó Toshinori enérgicamente. —Nunca me cansaré de decir que el joven Midoriya es un estudiante excepcional.

—Ahhh~ —soltó Inko emocionada.

Mitsuki y Masaru cruzaron miradas cómplices al instante.

— ¡Eso es de esperarse! —exclamó Mitsuki. — ¡Izuku-chan siempre ha sido muy bueno!

Masaru asintió mientras bebía champagne.

Entonces Toshinori frunció levemente el ceño, confundido.

Masaru tocó su hombro suavemente. — ¿Recuerdas el amigo de la infancia de Bakugou? Del que te hablé hace años. —habló clavando sus ojos en él.

Toshinori abrió sus zafiros de par en par.

Y como si Masaru le leyera la mente, asintió.

— ¿No te lo esperabas? —preguntó Mitsuki sonriente.

Toshinori se quedó con la boca abierta.

— ¡Pero qué coincidencias! —exclamó sorprendido.

Inko soltó una pequeña risita ante ello. —Sin duda cuando nosotros supimos que era su alumno, también nos sorprendimos bastante.

—Sí... —respondió Mitsuki. —Sobre todo con lo difícil que lo han tenido esos dos. —añadió clavando sus carmines en Toshinori. —Supongo que recuerdas lo sucedido, Masaru te lo contó hace un par de años.

Toshinori bajó su mirada. —Por supuesto que lo recuerdo... —respondió. —Me enteré justo antes de que ustedes se marcharan a Francia. —añadió con tristeza. —Aún recuerdo los llantos del pequeño Bakugou tras la línea, mientras Masaru me llamaba.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now