Capítulo 56

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| ¿Ryuu-sensei? |

—Los demás están en el taller de Ciencias con Ryuu-sensei. —respondió Todoroki neutral, sacando su lápiz y una goma mientras abría su cuaderno con tranquilidad. 

— ¿¡HAAAAAAAH!?

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La abandonada aula científica de la academia, hace unos días atrás permanecía cubierta en su totalidad por una capa polvorienta.

Quien fuera que entrase en aquel salón, no saldría sin la ya esperada picazón de nariz.

— ¿Existe la posibilidad de que se habilite un laboratorio de Ciencias, director? —preguntó Ryuu con sus ojos grises ansiosos. 

Sus manos permanecían apoyadas sobre el respaldo del asiento designado para los visitantes de Nedzu.

Y se encontraba de pie frente al pequeño director, quien ante aquella pregunta solo le observó de manera pensativa, sentado en su gran asiento.

—Hmmm... —soltó Nedzu con su mentón apoyado por sobre sus manos, comenzando a dar vueltas en su propia silla giratoria. —El laboratorio de Ciencias no se ha abierto luego de un tiempo. —respondió. 

Ryuu le miró, parpadeando incrédulo ante ello. — ¿Puedo preguntar el porqué?

Preguntó de manera curiosa. El ser nuevo le imposibilitaba estar al tanto de los sucesos importantes.

Éste le sonrió deteniendo sus giros en su propia silla, quedándose detenido frente a él. —Hace años atrás hubo un accidente y decidí cerrarlo. —respondió tomando su taza de café con lentitud.
Entonces, apuntó sus ojos sobre la taza, observando cómo el café se movía de manera calmada debido al leve balanceo que ejercía con su propia mano, para luego, añadir de manera seria: —Si existiese la posibilidad de que el taller de Ciencias regresara... —murmuró, mientras clavaba sus ojos fríos sobre él. —Tú serías el responsable de todo daño que pudiese ocurrir. —añadió. — ¿Estás dispuesto a cargar con esa responsabilidad? 

Ryuu le miró por un par de segundos, procesando lo que acababa de escuchar. 

Y no demoró en asentir de manera veloz y decidida, presionando el respaldo acolchado entre sus manos con ansiedad.

— ¡Yo me haré cargo de todo, incluso me ofrezco a limpiar el laboratorio si es necesario! —exclamó frente a él, notablemente entusiasmado. — ¡Prometo que seremos cuidadosos y que ningún accidente ocurrirá con nuestros alumnos! —añadió de manera ansiosa. 

Nedzu dejó la taza de café a un lado y le observó detenidamente. —Hayashi-kun. —habló notando como el pelinegro le miraba atentamente. — ¿Por qué quieres un laboratorio? 

Ryuu sonrió levemente y bajó la mirada, observando sus propias manos que yacían apoyadas aún sobre el respaldo de la silla. —Quisiera enseñarle a mis alumnos lo hermosa que es la ciencia, quiero que lo vean con sus propios ojos. —respondió de manera honesta. Entonces alzó la mirada y observó a Nedzu. —Para muchos, la teoría resulta ser difícil y aburrida. Pero en cuanto lo ponen en práctica, entonces comprenden más rápido e incluso les atrae y les da curiosidad. 

Nedzu sonrió al instante, satisfecho por la respuesta que le había entregado el menor. —Muy bien, tú ganas. —respondió saltando de su asiento para ir a un mueble cercano a su escritorio. 

Abrió el cajón y sacó una pequeña llave. No demoró mucho para cuando Ryuu la tenía ya en sus manos. 

Nedzu le observó sonriente, con sus manos sobre sus caderas.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now