Capítulo 05

50.8K 4.6K 9.1K
                                    

| ¡Clase de Literatura con Shinsou-sensei!|


Como cada mañana, los primeros rayos de sol cruzaban por su ventana y se depositaban en su rostro calmado, profundamente dormido y en paz.

Sentía la suavidad de su almohada en la profundidad de sus sueños, no podía pedir más comodidad que esa.

Aunque su comodidad no duró mucho, pues el ceño se le comenzó a fruncir de a poco.

—Argh

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Argh... Maldición. —Se quejó una voz ronca, mientras se giraba con pereza y ponía una almohada sobre su cabeza para quitar los molestos rayos que habían interferido con su sueño.

No demoró mucho para seguir durmiendo.

{...}

Se encontraba jugando como solía hacerlo siempre, con sus figuritas de robots.

De todas sus figuritas, destacaba el más grande y fuerte, el líder de todos.

Bakugou lo sostenía entre sus manos mientras acomodaba sus brazos, posicionándolo en una postura de combate.

— ¡Ah, qué lindas figuritas! —dijo un niño de tez pálida, emocionado.

¿Su rostro? No lo recordaba, solo su deslumbrante sonrisa y sus delgados tobillos.

— ¿Y dónde están tus juguetes? —preguntó él, mirando las pequeñas estrellas azules que tenía su acompañante en sus calcetines.

—Mamá dijo que mis juguetes debían bañarse, entonces están tomando sol. —respondió el niño, sentándose frente a él, admirando sus juguetes.

—Ay que ver... Ten, es tuyo. —dijo el mayor, entregándole el robot azulado, con leves tonos rojizos entre sus hombros y parte de sus brazos.

— ¡Ah! Y-yo no p-puedo recibir algo así. —murmuró cohibido, estrujando su polera amarilla.

—No seas tonto, él estará contigo y entonces cada vez que te venga a visitar, me lo tendrás que entregar para que juguemos con él, además no te lo estoy preguntando. —gruñó esto último, mientras le entregaba el robot a la fuerza, con sus mejillas sonrojadas y su ceño fruncido.

—Ah, en ese caso, ¡muchas gracias Ka—

Despertó de manera brusca debido a un molesto sonido que de pronto invadió su habitación.

Abrió sus ojos con odio puro, buscando el maldito objeto que se había atrevido a despertarle.

Ah, era el puto móvil.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora