Capítulo 74

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katsudeku-fangirl nos ha compartido una hermosa escena en donde los bebés están durmiendo juntitos♡ 

Se me hizo tannn cute 🥺❤️ ¡¡Muchas gracias por compartir tu arte con nosotros, es muy valioso!! Me encannnnta ><❤️

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Se me hizo tannn cute 🥺❤️ ¡¡Muchas gracias por compartir tu arte con nosotros, es muy valioso!! Me encannnnta ><❤️

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Entonces, el sonrojo de Izuku se esfuma veloz. Y los cosquilleos que recientemente sentía en su estómago cambian por puñaladas de ira. Él abre sus esmeraldas impactado y clava sus ojos sobre los carmines de Katsuki de inmediato, y es entonces que aquellos ojos aceitunados coquetos se clavan sobre él.

— ¡Oh, y tú, pequeñín! —exclama tocándole la punta de la nariz, medio agachandose para hacerlo, percibiendo la presencia del pecoso junto a Bakugou. — ¿Eres algún tipo de amigo de mi tesoro? —inquiere sonriente.

Izuku convierte sus manos en puños y desvía su mirada de manera instantánea. —Sí, supongo. —suelta en un susurro.

Y las venas de la sien de Bakugou vuelven a despertar.

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¡Estamos en Francia!
VII

Caos


En el amplio salón fotográfico se escuchaba el continuo sonido de tacones y pulsaciones de las cámaras, las escenografías y las expresiones de los modelos lo eran todo. ¿Y qué sería de una sesión de fotos sin un poco de estrés? Personas corrían de un lado, y otro poco por el otro. Algunos distraídos incluso parecían tentar tropiezos por ir enfocados en sus apuntes, en las llamadas telefónicas, en las peticiones de sus superiores quienes parecían no sobrevivir sin una taza de café en mano.

Pero de pronto, toda actividad se vio interrumpida por un milisegundo.

Todos los individuos acaban alzando y dirigiendo su mirada a un punto en específico, una sala cerrada.

Todo a causa de un notorio grito.

— ¿¿¡¡HAAAAAAAAAH!!??

Las personas se preguntan la causa de aquel grito inoportuno, pero rápidamente vuelven a sus asuntos porque el tiempo vale oro, y no hay cabida para saciar su mente curiosa.

Y aunque algunos otros se aproximaron como abejas a la miel, la reina mayor los ahuyenta rápidamente, no sin antes pegar la oreja como imán por sobre la puerta.

En el interior de la habitación, el rostro de Izuku se ve sorprendido y con tintes de confusión, y el de la mujer se deforma generando en ella una mueca asustada. Y Bakugou, colérico, sólo clava su mirada sobre aquellos esmeraldas que transmiten no saber qué sucedía.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Where stories live. Discover now