Al Hombre Que Amo [#1]✔️

CAPÍTULO V

John no tenía planeado salir ese día, pero su madre había estado toda la mañana hablando sobre lo feliz que estaba de haberlo visto bailar tres veces con la señorita Middleton, dos de los cuales fueron pedidos por decisión propia y no por los constantes ruegos de su madre para que bailara con alguna jovencita.

Aquel motivo es por el que había decidido dar un paseo por la ciudad para despejar su mente, ya que lo único en lo que podía pensar era en la señorita Middleton y su particular voz. Cabe mencionar que también pensaba en la forma de sus labios al decir su nombre y esos ojos que lo observaban de vez en cuando. Por lo que se preguntó si la joven siempre había sido así de observadora, ya que aún recordaba la sensación de sentirse expuesto ante la joven y en cómo apartaba con rapidez la vista cuando la descubrían.

Incluso ahora, él daba vueltas al asunto de haber invitado a la mayor de las Middleton y cómo sería visto aquello, pero tenía que darle crédito a la joven puesto que a diferencia de Georgiana —quien enserio disfrutaba de gritar a los cuatro vientos su pasión por los bailes—, la mayor solo mostraba ese lado cuando estaba en la pista de baile y lo cual ocurría con poca frecuencia.

Desde que ambos fueron presentados, él no había logrado apartar su atención de ella y en el cómo se ocultaba de su madre, prohibiéndose disfrutar de los agradables bailes. Pero eso no era lo único que había notado el caballero, ya que, aunque la joven estuviera a la vista, nadie se le acercaba para pedirle un baile y cuando lo hacían era porque lady Emily estaba con su hija.

John esperaba despejarse de la imagen de la jovencita, pero no pensó en las posibilidades existentes de encontrarla por las calles de la ciudad, pues había estado evitando caminar por los lugares donde podría haber más posibilidades de encontrarse con jovencitas en edad casadera. Pero de alguna manera, se encontró con unos caballeros a los que conocía lo suficiente para no sentirse incómodo y le invitaron a uno de los últimos eventos que se realizaban en los Jardines de Vauxhall para despedir el verano.

Apenas llegaron, el caballero se sorprendió de la cantidad de gente que había decidido asistir incluso cuando el sol estaba resplandeciente, por otro lado, su madre había decidido quedarse en casa ya que no le apetecía salir a menos que no fuera un baile.

Él apenas llamaba la atención de unas cuantas jovencitas, por lo que el hecho de que llegara con un grupo de solteros fue lo que hizo que varias madres se giraran a ellos y en minutos se encontraban saludando a cada una de las madres casamenteras. Aunque él había decidido asistir, sabía que habría más de una jovencita soltera buscando la oportunidad de atrapar algún caballero, pero se sorprendió ignorando a las jovencitas que tenía en frente —las cuales eran hermosas—, pero él buscaba la presencia de otra señorita. Ya que, ahora que conocía a la joven, no podía apartar la vista de ella, quien iba del brazo de su hermano. Edmund, recordó. Al parecer era con quien la joven tenía mayor afinidad. También iban con ella sus hermanos menores e iban riendo mientras caminaban hacia los botes.