CAPÍTULO XXV

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Capítulo editado

Los paseos matutinos por Hyde Park o las tardes de té en casa de lord Basset se volvieron toda una rutina para Margareth quien no podía creer que el caballero decidiera pasar tiempo con ella, detalle que le había dado el valor suficiente para unir...

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Los paseos matutinos por Hyde Park o las tardes de té en casa de lord Basset se volvieron toda una rutina para Margareth quien no podía creer que el caballero decidiera pasar tiempo con ella, detalle que le había dado el valor suficiente para unirse más en las conversaciones que mantenían entre ambos, con lady Basset e, incluso, con su propia familia ¡Ni un solo día dejaban de lado aquellas actividades! Seis días en los que John Basset se presentaba a las nueve de la mañana para salir a dar un paseo.

Cada día que pasaba, Margareth escuchaba en silencio las conversaciones que mantenían su madre y sus hermanas menores, por lo que las evitaba la mayoría del tiempo ¿La razón? Bueno, con el pasar de los días, estaban cada vez más convencidas de que el caballero la estaba cortejando y esperaban que pronto se animara a pedir su mano.

El día anterior había llegado más tarde de lo planeado a su hogar, por lo que todos ya estaban sentados en la mesa esperando la cena, cuando los escuchó discutir sobre una posible unión. Aunque quería saber la opinión de su familia ante lo que pensaran del caballero, no le agradaba ser el principal objetivo de la conversación familiar, por lo que pidió al mayordomo anunciar que no se presentaría a la cena debido al cansancio.

Esa mañana, Margareth había decidido usar un vestido color rosa muy claro y cómodo para andar en casa, con su cabello castaño suelto. Hacía dos horas que había rechazado salir con John Basset por Hyde Park, Margareth le había pedido a su doncella que le dieran la excusa de que ella aún estaba dormida y que había decidido permanecer en casa ese día. No le rechazaba por cansancio, solo quería tomarse un descanso de los extraños que se habían vuelto sus días.

—¿Margareth? —la voz de su hermano mayor la detuvo al bajar las escaleras—: Creí que habrías salido con lord Basset.

Ella se detuvo al pie de las escaleras y le sonrió.

—No, hoy me apetece permanecer en casa —respondió al bajar el último escalón y se retorció los dedos, enguantados, como siempre—: ¿Puedo tomar uno de tus libros?

—Por supuesto —respondió él, acariciando la cabeza de ella, aunque antes de hacerlo pidió su permiso con una seña—: Puedes entrar en mi despacho, he dejado una pila de ellos sobre la mesa, ya que los leeré más tarde.

Aquel comentario llamó la atención de ella e interrumpió las caricias que su hermano le estaba dando en su cabeza y preguntó:

—¿Saldrás?

Él asintió.

—Planeo regresar a Pembroke en dos días —respondió con un suspiro—. Este año deseo partir antes, ya lo he hablado con nuestro padre y él no ve problemas en mi partida, por lo que mi partida ya está anunciada, he enviado hace unos minutos una misiva a los empleados para mi llegada.

—¿Por qué retrasar el viaje dos días? —preguntó ella—: Sueles marcharte el mismo día o al siguiente.

Él dudó antes de responder.

Al Hombre Que Amo [#1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora