CAPÍTULO XX

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Capítulo editado

John daba vueltas nerviosas por su despacho, pensando en la carta que había recibido esa misma mañana

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John daba vueltas nerviosas por su despacho, pensando en la carta que había recibido esa misma mañana. Era contraproducente que pronto tendría que regresar a Petersfield y temía que sería más pronto de lo que le gustaría admitir.

Con rapidez, abrió la puerta de su despacho y gritó:

—¡Freddie! —llamó—: Te necesito.

Caminó hacia su escritorio y revisó unos papeles que estaban esparcidos. Pero no habían pasado más de tres minutos, cuando apareció su mayordomo por la puerta.

—Freddie, necesito que viajes a Petersfield lo antes posible —anunció John, nervioso—: No, no es seguro que viajes hoy, debo informarte de la situación con calma.

—Como usted ordene, señor —dijo el mayordomo con un tono paternal.

—Necesito que te encargues de enviar a hombres que conozcan cómo funciona la mantención de Petersfield a las otras propiedades —ordenó John mientras escribía en un papel sobre lo más importante—. Estoy planeando regresar a Petersfield, pero me temo que retrasaré mis visitas a las otras propiedades hasta recibir un informe claro de cuál de todas esas casas de mi padre necesitan de mi presencia con urgencia.

—Enviaré a los más familiarizados con la propiedad de Petersfield —aseguró el mayordomo.

—Gracias, Freddie —suspiró cansado—: Solo necesito que te encargues de todo en Petersfield y que me mantengas informado, ya que usted recibiría antes la información y espero que pueda concluir con exactitud cual necesita mi atención.

—¿Cuándo planea regresar a Petersfield? —preguntó Freddie.

—A penas recibas el primer informe, debes enviar a alguien una confirmación para que vuelva a Petersfield —dijo él. Se puso en pie y observó por la ventana, donde su madre reía en compañía de Margareth Middleton. Últimamente ambas pasaban demasiado tiempo juntas. Le agradaba. Tosió y se giró para ver a su mayordomo—. Y agradecería demasiado si estuviera todo listo para partir hacia mis visitas a las propiedades. Ropa, carruaje, comida y que estén atentos, un baño caliente no estará mal tras el viaje. Me temo que las propiedades serán un gran trabajo y tú, Freddie, irás conmigo a visitarlas —agregó mientras señalaba la entrada de su despacho—: Puedes retirarte, si ves oportuno sobre que tu partida para mañana no sería problema para los sirvientes que se quedarán con mi madre, recuérdame esta noche para entregarte la misiva con los detalles que deseo que los hombres confirmen en las propiedades.

—A sus órdenes, señor —dijo el mayordomo, realizando una venia y se retiró del lugar.

Cuando volvió a quedar a solas en su despacho, John abrió unos centímetros su ventana para poder oír las risas de las mujeres y cerró sus ojos unos instantes antes de volver a su trabajo, para cuando los volvió abrir, se encontró con los ojos grises de Margareth, quien realizó una seña invitándolo a unirse y una sonrisa amplia se dibujó en su rostro antes de volver su vista a lady Basset.

Al Hombre Que Amo [#1]✔️Where stories live. Discover now