CAPÍTULO XLII

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Capítulo editado

⚠️ADVERTENCIA⚠️

Este capítulo presenta contenido sexual

Margareth había estado disfrutando de su llegada a Petersfield con una sonrisa en el rostro

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Margareth había estado disfrutando de su llegada a Petersfield con una sonrisa en el rostro. Sus mañanas eran las mismas, desayunaba con John, luego este desaparecía unas cuantas horas en su oficina mientras ella vagaba por las habitaciones y se sorprendía de lo hermoso que era su nuevo hogar. Había conocido correctamente a todo su servicio, Freddie pasaba mucho tiempo con ella, era como una figura paterna y disfrutaba de la compañía del mayordomo personal de su esposo.

Esa mañana había decidido dar un paseo a solas, por lo que mientras caminaba disfrutaba de la vista que había en aquel lugar y comprendía la razón por la que John gustaba del verde, ya que la gran casona estaba rodeada de verde vegetación.

—Señora creo que es momento de que ingrese al calor de la casa —pidió su doncella, quien venía con un chal para abrigarla—: Podría pescar un resfriado.

—¿Mi esposo sigue en su oficina?

La doncella asintió.

—Él mismo ha pedido que ingrese a la casa —dijo—: Le ha estado observando desde ahí —señaló la casa. Para ser más específicos, el segundo piso—. También manda a decir que pronto se le unirá en el salón.

—¿Ya es hora de que vaya al pueblo? —preguntó Margareth, caminando hacia la casa mientras que su doncella asintió a su pregunta—. Bueno, iré al salón, hay unos jarrones a los que se le marchitaron unas flores. Creo que debemos dejar de decorar con flores hasta que termine el invierno, al menos.

—Los jardineros tienen un jardín botánico de cristal al otro lado de la casa —mencionó cuando cruzaban las puertas y pedía que le prepararan una tetera de té a Margareth—. Lady Basset... —agregó, pero se apresuró a corregir—: Perdón, la señora Basset gusta de las flores, por lo que el anterior lord Basset mandó a construir uno antes de que ella se mudara tras la boda.

—Por lo que lleva años estando aquí —murmuró Margareth y le regaló una sonrisa a su doncella—. La madre de mi esposo puede seguir siendo lady Basset cuando estés hablando conmigo. Aún no me acostumbro a que me llamen de esa manera, por lo que me resulta tan confuso como a ti dirigirnos a la otra —negó con su cabeza cuando llegaron al salón—: ¿Crees que sea necesario revisar todos los jarrones de la casa? Es demasiado grande, no quiero imaginar cuantos deben estar olvidados.

—Tal vez sea necesario —concordó su doncella—: En el tercer piso se encuentran los dormitorios. Los dormitorios individuales de usted y el de su esposo, el matrimonial, el que será para la señora Basset cuando decida visitarnos y de los posibles invitados.

—Sí, todo eso suman diez dormitorios —agregó Margareth mientras llevaba sus manos a sus caderas—. Debemos hacer algo con el cuarto piso, ¿Cuánto tiempo lleva sin uso?

Al Hombre Que Amo [#1]✔️Where stories live. Discover now