|| Capítulo 1 ||

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—Insoportable, no tiene otro adjetivo.

—Es lindo cuando no está enfadado.

—Lo lindo no le quita lo tocapelotas.

Rusia gruñía sus palabras, rostro normalmente pasivo ahora contorsionado en un sentimiento de enfado, ceño fruncido y labios arrugados por la irritación que sentía en su cuerpo tras haber pasado su primer día de trabajo con su nuevo y pesado superior.

Serbia, su mejor amigo y compañero de trabajo, caminaba a su lado, riendo ligeramente por las palabras del menor.—Vamos, acabarás acostumbrándote.

—No sé por qué acepté la propuesta de Interpol, debería de haber dejado que le despidiesen.—Suspiró con desgana, aceptando con un pequeño gracias el cigarro que le ofrecían.

El serbio soltó aire por la nariz con diversión, cerrando la cajetilla y sacando su mechero. Negó suavemente con la cabeza, su pelo marrón oscuro recogido en un moño bajo dejando escapar algunos mechones por el aire del exterior.

Encendiendo ambos cigarros y tras inspirar la primera calada, contestó—Desgraciadamente mi querido Rusia, ambos Interpol y tú sabéis que Alemania es irremplazable en su trabajo, perderle sería una derrota para la ley internacional.

El rubio no contestó, torciendo sus labios y mirando al cielo estrellado que se alzaba tras ellos. Se encontraban todavía en el centro policial, dejando los minutos pasar hasta que se terminase su turno y se pudiesen ir a sus casas a descansar, cigarro en mano y ahora apoyados en una pared del jardín de aquella institución.

Se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía ajena y del sabor del tabaco en su garganta, aquel ligero quemazón que se sentía al inhalar y el alivio que notaban en su interior, disipando algo de la ansiedad que el mismo tabaco generaba.

Tras haber hablado con Bélgica y haber dejado al alemán trabajar en su oficina, la tarde de Rusia no había tenido muchas más novedades: tal y como muy amablemente le había indicado Alemania, se fue a trabajar en sus propios asuntos, dejándolo en paz con sus casos de homicidios y asesinatos.

¿Había necesitado ayuda? Aunque la respuesta hubiese sido sí, no hubo ni una señal de Alemania que lo demostrase: nada; ni una orden; ni una consulta; ni una palabra dirigida hacia él.

Bien, lo entendía, le había dicho que se fuera de su vista, ¡pero él se aburría! ¿Qué clase de jefe era si no le mandaba al menos una tarea que hacer? Le irritaba, le irritaba demasiado, ¿tanto le costaba dirigirle dos palabras? Claro que sí, él y su estúpido ego, tan grande para alguien tan bajito.

Tras media hora de dar vueltas por el apartamento de homicidios sin saber qué casos atender, suspiró y le preguntó a la belga que qué crimen estaba investigando en aquellos momentos el otro omega. Esta le explicó con una sonrisa, y ahora con algo de información se dipuso a bajar a los sótanos del edificio, donde la morgue, ya que es donde más frío hacía, resgurdaba los cuerpos fallecidos de las víctimas.

Poniéndose su bata de médico y los guantes de latex para no contagiar nada en el cadáver, comenzó a investigar el cuerpo de un hombre delgado y bajito de mediana edad que yacía grisáceo sobre la camilla, ninguna herida externa presente que indicase una obvia muerte.

Se quedó allí por un par de horas más, y tras varios análisis de sangre, vientre abierto para la autopsia y más sucesos que eran mejor no describir, Rusia encontró que sus pulmones y sus arterias se encontraban dañados por lo que parecía, inhalación de demasiadas cantidades de monoxido de carbono; el gas probablemente había sido inhalado por demadiado tiempo y había obstruido la capacidad del oxígeno de ser transportado, ocasionando su muerte. Al sujeto se le había encontrado muerto en su propia casa, por lo que no se podía descartar una muerte no intencionada, pero bueno, eso lo tendría que ver Alemania.

𝐈𝐧𝐝𝐨𝐦𝐚𝐛𝐥𝐞 - RusGer || OmegaverseWhere stories live. Discover now