|| Capítulo 3 ||

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Vietnam le esperaba firmemente en la entrada a su despacho, espalda recta y ojos color obsidiana determinados. A su lado Filipinas la acompañaba, sujetando en sus brazos lo que parecían ser una variedad de documentos.

Ambas mujeres frenaron su charla cuando le vieron acercarse, instantáneamente portando un semblante serio para recibir a su superior.

—Vietnam, Cuba me dijo que era urgente, ¿Habéis encontrado algo?—Preguntó cuando llegó hacia ellas, sus cejas medio enfurruñadas mostrando concentración.

La omega habló, asintiendo con solidez—Sí señor, revisamos los móviles de las víctimas y encontramos un patrón.

Pausando su explicación por un momento, Filipinas le entregó los folios al alemán, que ojeó los papeles con curiosidad. En ellos se encontraba impreso un informe sobre el criminal sospechoso, su identidad, domicilio, patrimonio y demás información gubernamental que habían sacado del registro civil. Levantó su mirada, haciendo que la isleña retomase la explicación.

—Mediante su número de teléfono no había nada sospechoso, pero cuando nos adentramos en las redes sociales de las víctimas encontramos con que se comunicaban todas con el mismo hombre, sólo que con diferentes aplicaciones.—Y tras ello la filipina murmuró—No muy inteligente de su parte dejar la misma identidad.

Alemania sonrió ligeramente, pero sus ojos siguieron escaneando con firmeza los documentos en sus manos, la foto del DNI mostrando a un chico de veinti-pocos años de edad, su casta marcada con una α.

—No está confirmado que sea él, pero dadas las circunstancias...es el más sospechoso—el alemán asintió ante lo dicho por Vietnam, volviendo a alzar su mirada ante la beta y la omega—Les pasamos la información al sector de inteligencia para encontrar su paradero, en algún momento Corea nos avisará.

—Bien, gracias chicas, buen trabajo.

Ambas hicieron una pequeña reverencia, sonriendo ligeramente ante el cumplido. Iban a seguir hablando, pero un suspiro de lamento a sus espaldas les hicieron girar.

—Ah...a mí no me agradeces así de bonito.

El alemán bufó, no teniendo que girarse para poder reconocer la molesta voz del ruso detrás suya. Le dirigió la mirada cuando le sintió cerca, una expresión afligida, y fingida, en su rostro.

—Será porque no tengo razones para agradecerte—Murmuró entredientes, recibiendo un rodeó de ojos y una pequeña sonrisa divertida.

La jóven vietnamita les interrumpió, saludando emocionada al mayor—¡Rusia!

El susodicho sonrió gentil, dirigiendo su mirada hacia la asiática—Hola enana—y con un gesto amistoso, llevó su mano hacia el cabello corto contrario y lo revolvió en forma de saludo.

Rusia y Vietnam eran buenos amigos y compañeros. La omega era todavía una novata en aquella comisaría, una oficial recién salida de la academia que se había ganado el respeto de muchos en el trabajo tras, en una reunión informal que tuvieron varios policías, haber ganado cinco pulsos seguidos contra el jefe del sector de homicidio; Estados Unidos. ¿Quién iba a pensar que una chica tan bajita y delgada tendría más fuerza que un ex-militar?

Rusia no era gran fan de su superior, por lo que animó y celebró las victorias de la vietnamita como suyas propias, saboreando la humillación que tuvo que soportar el americano, que pasó el resto de la reunión con una botella de whiskey en mano. Desde entonces, el ruso y la vietnamita habían hecho buenas migas, y el alfa se convirtió en una especie de mentor para ella.

—¡Así que es verdad que trabajáis juntos! ¡Que guay! Rusia es el mejor compañero del sector.

—Eso es discutible...—Susurró Alemania, aunque no lo suficientemente bajo para que no se escuchara, haciendo bufar al eslavo. —Pero bueno, nos vamos del tema.

𝐈𝐧𝐝𝐨𝐦𝐚𝐛𝐥𝐞 - RusGer || OmegaverseWhere stories live. Discover now