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026

Punto de Vista por
Hang Jae.

—Me gusta mucho la decoración de tu casa — disfruté de la vista.

La casa de Jungkook estaba en los alrededores de Itaewon. Dejamos la compañía a eso de las seis y después vinimos aquí por insistencia de él. La verdad me sentía un poco agotada. Habían sido días ajetreados en preparación al concierto gratis próximamente en Busan. De hecho, había tomado la responsabilidad de ser parte de la logística y organización de dicho evento.

El espectáculo será histórico y no puedo evitar sentirme orgullosa.

—Culpa a mi mamá por eso — es un poco obvio. —¿Estás muy cansada?

—Un poco.

—Lo sé — sentí un beso en la mejilla y luego me acomodé en ese espacioso sofá para que él pudiera acostarse como quisiera entre mis piernas haciéndome apoyar. —Yo también estoy un poco cansado.

—Son apenas las ocho de la noche — acaricié su cabello suave, que estaba creciendo.

No lo vayas a cortar...

—Sí... He hecho tantas cosas hoy, y todavía tengo que ir al estudio cuando solo quiero estar así contigo. — se queja.

—¿Qué hiciste tan importante esta mañana, eh?

—Antes de ir a la empresa fui a hacer Boxing, estoy arruinado — lo miré con incredulidad, lo que lo hizo reírse. —¿Qué? Ha pasado un tiempo desde que hice ejercicio así de pesado.

—¿No eres la persona más activa en cuanto a ejercicio se trata?

—Lo soy, pero hay días, como hoy, en que no lo soy — se defiende. —Días como hoy en los que solo quiero acurrucarme con mi novia.

—Lo puedo entender — comencé a reír, inclinándome y besando la punta de su nariz.

—Tendré que irme en diez minutos.

—Entonces, ¿por qué insististe en que viniera? Ahora yo estuviera acurrucada en mi cama.

—Quería pasar tiempo contigo — replica. —Aunque...¿Por qué no me acompañas?

—Tengo cosas que hacer, ¿sabes?

—No las hay.

—Sí las hay.

—Realmente no las hay. Vas al estudio con tu novio, no hay discusión.

—Nuestra relación no está en esa etapa en dónde hacemos lo que tú digas, eh  — me quejé pero ciertamente fue inútil.

—Pero vas a ir al estudio conmigo.

—Jungkook...

—Entonces luego regresaremos aquí, pediremos comida y solo después de muchos y muchos besos en este sofá te dejaré en tu apartamento si quieres. O te quedas aquí conmigo otra vez, y problema resuelto.

—¿Muchos besos?

—Así...

Me rendí cuando me acostó en el sofá y comenzó a colocar tiernos besos en mi cuello que me hicieron cerrar los ojos y ceder abrazándolo contra mi cuerpo.

—Soy un buen novio.

—Pesado también — le devolví el mordisco que dejó en mis labios.

—Vamos — me ignoró tirando de mí del sofá.

—Está bien.

—Pdogg quiere conocer a mi novia.

—¿Quién es Pdogg?