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La ciudad entera vibra. Es casi como un grito que resuena al unísono, una vibración cósmica que se puede sentir desde el momento en que mis pies tocan Busan.

Chicas felices desfilan con los rostros de los chicos pegados en camisetas, aparte de los nombres que brillan en letreros incandescentes que iluminaban avenidas. Felicidad en todas partes, dondequiera que mis ojos pudieran alcanzar.

Se habían preparado mucho para este concierto. La mayor parte del tiempo Jungkook se iba a la cama cansado después de otro de los tantos ensayos y nuestra rutina se prolongó así durante largos días hasta ese fin de semana.

Busan permaneció purpura, brillante y viva con luces nocturnas. Una esencia de hogar para mi novio que ningún otro lugar tendría.

Tuve que tomar un Uber para dirigirme al estadio, por que se me había hecho tarde y la SUV con el staff ya había arrancado, sin embargo, me gustó ir en el taxi observando cada cosa en camino al lugar.

Cualquier cosa parecía lo suficientemente agradable como para mantenerme emocionada. En la radio, escucho la voz familiar de Jungkook, seguida de una o dos advertencias sobre el concierto en la ciudad, el tráfico dificultaba un poco todo el lugar. E inclusive habían personas de otras partes del mundo que habían viajado solo por estar aquí.

Sí, chica, la ciudad está llena, todo por culpa de estos chicos...

El taxista comenta, cuando la canción cambia y nuevamente tocan otra del grupo.

Sí, me lo imagino — contesto.

¿Te gustan? ¿También viniste al espectáculo?

La pregunta suena divertida. Tal vez porque solo la mención me pone nerviosa pero aún así, se me hace divertido.

Uh, digamos que soy una gran fan — le digo. Él sonríe y sube el volumen de la radio como una forma de hacerme sentir más cómoda, en ese momento me encuentro con los ojos cerrados, deseando que esos minutos de tránsito entre el hotel y el estadio no se sientan como una eternidad.

Mientras cruzo la entrada de la arena, siento que mi estómago se agita nuevamente con ansiedad, envío un último mensaje a Nicole de que ya he llegado. El señor Moon, uno de los guardias de seguridad, me espera en las puertas a poca distancia, probablemente me había estado esperando durante unos minutos. Su sonrisa aparece cuando me encuentra, siseando un "por aquí".

Moon era uno de los gerentes de cuerpo de seguridad de Hybe, además de ser el responsable de Jungkook y los chicos cada vez que les tocaba viajar. Asumía toda la responsabilidad de cuidarlos en cada aeropuerto.

Camino por el lugar y coloco mi insignia que dice STAFF mientras me dirijo a la parte del escenario.

Y allí está Jungkook.

—Estoy muy ansioso... — escucho de lejos, y lo veo encogiéndose un poco de hombros como si tratara de contener su propia emoción.

—Hay que practicar un poco más la parte en la que salen todos los bailarines — Sungdeuk dice, antes de tomar agua y bajar las escaleras, entregándome las coordinaciones impresas de la organización y horarios del show.

Asiento con la cabeza cuando lo hace.

De pie en la penúltima escalera que da al escenario está y puedo verlo desde donde estoy, porque conocería dónde fuera su hermosa espalda, y lo perfectos que se veían sus hombros incluso con esas camisas oversized. Sus manos están en el bolsillo de su pantalón, y es la atenta mirada de Yoongi sobre su hombro lo que traiciona mi acercamiento.

behind the spotlight » jjkWhere stories live. Discover now