Bill Skarsgård-Actor

13.7K 334 5
                                    

Gimiendo, sacudiste la cabeza de un lado a otro. Algo estaba empezando a despertarte y te impedía volver a dormir. Intentaste moverte y encontrar una posición cómoda, pero algo te bloqueaba. Se sentía como si algo estuviera sentado entre tus piernas impidiendo que tu cuerpo se moviera.

Habiendo tenido suficiente, finalmente abriste los ojos y viste un bulto enorme entre tus piernas. Sentiste un pequeño vello haciéndote cosquillas en el interior de tus muslos y un aliento caliente contra tu centro. Se estaban colocando besos ligeros a tu alrededor, haciéndote morder tu labio inferior por la sensación.

El bulto misterioso debajo de la cubierta era tu novio, Bill. Nunca hubo un momento aburrido cuando se trataba de despertar con Bill. Su forma favorita de despertarte era acostándose entre tus piernas. Sabía que cada vez que te despertabas te tenía atrapado. Esa era tu debilidad y no podías decir que no o huir de él. El solo pensamiento siempre te encendía.

- Bill, ¿qué estás haciendo?- te reíste del niño levantando las cobijas para mirarlo.

Te miró directamente con una sonrisa descarada en su rostro, y sus ojos verde claro te devolvieron la mirada. La mirada traviesa plasmada en su rostro te tenía un poco nervioso. Esa mirada significaba que se sentía muy juguetón y que estaba muy cachondo.

- Te necesito tanto bebé- murmuró contra tu muslo haciéndote aún más cosquillas.

- Son casi… las 6 de la mañana- tu voz se hizo más aguda una vez que miraste el despertador en la mesita de noche.

Por lo general, Bill nunca te había despertado temprano. Todo esto significa que él está súper cachondo por despertarte tan temprano. No había nada que impidiera que un Bill cachondo tomara exactamente lo que quería.

- Déjame volver a dormir- tratando de mover su cuerpo en una posición diferente, pero Bill no estaba dispuesto a hacerlo.

Mantuvo tu cuerpo donde estaba, y tomó tus bragas lentamente por tus piernas y dejó pequeños besos en el camino.

Una vez que te quitaste las bragas, volvió a centrar su atención en el centro de su deseo. Tendrás que admitir verlo tan listo y vulnerable porque te tenía un poco mojada.

Se lamió los labios un poco antes de comenzar a inclinarse lentamente y colocar un ligero beso en tu clítoris. Inclinaste la cabeza hacia atrás y dejaste escapar un suave gemido debido a tu clítoris sensible. Continuó dejando pequeños besos contra ti y sus manos estaban contra los lados internos de tus muslos, sus pulgares frotando suavemente cada lado.

Su lengua sobresalía de su boca para darle un pequeño lametón a tu sensible clítoris, y eso hizo que tu cuerpo se estremeciera. Se rió contra ti y las vibraciones aumentaron su sensibilidad. Haciéndote agarrar su cabello y darle un pequeño apretón para continuar.

Lo cual hizo y comenzó a darte pequeños lametones de gatito contra tus pliegues, lo que provocó que te balancearas hacia adelante y hacia atrás contra su lengua. Tu respiración comenzaba a intensificarse cuanto más áspera se ponía con la lengua. Lamió desde el fondo de tu coño hasta tu pequeño bulto o nervios.

- ¿Eso se siente bien bebé?- dijo mirándote y todo lo que podías hacer era asentir deseando que continuara.

Él, siendo el buen chico que es, hizo exactamente eso, pero lo pateó y se metió y fue directo a tus pliegues. Te estaba lamiendo un poco más fuerte y más rápido. Podrías sentir que te mueves un poco más rápido junto con él para aumentar tu placer. Querías que te metiera la lengua, y seguiste intentando sin palabras decírselo.

Seguiste agarrando su cabeza y guiándolo para que se quedara donde estaba tu abertura, y le hiciste meter la lengua dentro de ti.

- ¿Es eso lo que quiere mi bebé? ¿Quieres mi lengua dentro de ti?- su voz te hizo gemir con un gemido.

Sabía que eso era lo que querías, solo quería que lo dijeras.

- Dime lo que quieres bebé- su cálido aliento estaba golpeando tu pequeño clítoris y te sentiste apretar con necesidad.

Estaba mirando tu cara despeinada y le complacía más que nada verte así.

- Tu lengua. Tus dedos Bill- gemiste soltando un gemido.

Eso es todo lo que necesitaba para continuar.

Primero se zambulló en la cara y metió la lengua en tu cálido coño. Haciéndote arquear la espalda con una sensación sensacional. Su lengua no dudó en moverse y sentir dentro de ti. Su lengua siempre podría hacerte maravillas. Era como si tu cuerpo estuviera hecho para su lengua. Siempre te llevaba a la nube nueve cuando te comía.

Mirando hacia abajo, lo viste destrozando tu coño como si fuera su última comida. La forma en que su boca se aferraba a tus pliegues y su nariz seguía chocando contra tu clítoris brindándote aún más placer.

- Córrete para mí bebé- murmurando contra ti, llevó un dedo a tu coño y lo metió lentamente haciéndote gemir en voz alta.

Su dedo no tuvo problemas para encontrar tu lugar favorito y hacerte retorcerse. Puso su otra mano contra tu estómago para detener tus movimientos. Podías sentir la familiar sensación de hormigueo en la boca del estómago. Como si tuvieras ganas de orinar. Sabías que estabas cerca.

Solo para hacerte sufrir más, metió otro dedo y los estaba metiendo y sacando tan rápido como podía. Cada vez que mirabas el desastre que estaba creando, sus dedos se cubrirían con tus jugos.

- Me voy a correr- encontraste tu voz, era débil pero la encontraste.

- Tu coño está tan apretado- tu charla sucia siempre hizo algo por ti.

Incluso si era algo pequeño, la forma en que dijo su voz áspera te excitó aún más. Sientes que podrías tener un orgasmo solo con sus palabras.

Tan pronto como esas palabras salieron de tu boca, Bill se propuso hacer que te corrieras ahora. Estaba metiendo sus dedos dentro de ti el doble de rápido ahora, y su lengua iba a trabajar en tu sensible clítoris.

Tu cabeza estaba recostada contra las almohadas, tu espalda arqueándose fuera de la cama y tu cuerpo moviéndose de un lado a otro acercándose cada vez más al orgasmo.

Sus dedos finalmente dieron en el lugar correcto y sentiste esa cálida sensación y te sentiste liberado. Bill gemía contra ti con sus dedos todavía dentro de ti para que pudieras aguantar tu orgasmo. Su barbilla y nariz estaban cubiertas de tus jugos. Se levantó de entre tus piernas y se limpió la cara. Todo lo que podías hacer era quedarte allí.

- Buenos días bebe- su voz los devolvió a la realidad y ambos no pudieron evitar reírse.

Siempre te mantuvo alerta.

- Buenos días, mi hombre cachondo- te reíste de él haciendo que te guiñara el ojo.

- ¿Disfrutaste eso?- siempre se aseguraba de preguntar porque lo último que quería era descubrir que no te gustaba.

- Por supuesto lo hice. Nunca me he sentido mejor. Eso fue increíble, como siempre, nena- sonreíste y le respondiste con la verdad haciéndole devolver la sonrisa.

- Oh, pero aún no he terminado contigo, amor. Todavía necesito entrar en ti- te sorprendió rodando sobre ti y te guiñó un ojo con esas palabras.

Este chico te iba a matar.

One shot- Smut ||Where stories live. Discover now