Jamie Campbell Bower-Actor

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resumen: después de un largo día de trabajo, jamie te ayuda a relajarte.


Finalmente llegaste a casa después de un largo día de corrección de trabajo, un turno de 14 horas en el trabajo. Estabas absolutamente exhausta, sin mencionar estresada. Le habías hecho saber a Jamie que ibas de camino a casa, pero mientras conducías no tuviste la oportunidad de revisar tu teléfono para ver si te había respondido un mensaje. 

Cuando abres la puerta, escuchas música que suena suavemente desde otra habitación. Dejas tus maletas junto a la puerta y las dejas ahí mientras cuelgas tu abrigo antes de ir a investigar. 

¿Venía del dormitorio?

- ¿Jamie?- frunzes el ceño, llamando a tu novio. 

- ¿Sí, amor?- saca la cabeza del baño y te encuentra de pie en tu habitación con una expresión confundida. 

- ¿Qué está sucediendo?-

- Pensé que tal vez te gustaría volver a casa para tomar un buen baño tibio y algo de música. Después del día que has tenido, no podía esperar que volvieras a casa y...-

- ¿Son pétalos de rosa?- preguntas, señalando hacia el sendero que conducía al baño. 

- ¡Sí, ahora vamos, el agua se enfriará!- Jamie sonrió, extendiendo su mano hacia ti. 

Tratas de ocultar tu sonrisa mientras tomas su mano, empujándote hacia la habitación con él. 

Él te sonríe, depositando un beso en tu frente antes de ayudarte a desvestirte, comenzando por tu suéter, tu camiseta, tus jeans, tu sujetador, tus bragas y finalmente te quitas los calcetines antes de meterte en la bañera. 

- ¿Por qué no estás entrando?- le preguntas a Jamie, con un toque de tristeza en tu voz. 

- Pensé que tal vez querrías un tiempo a solas... Puedo unirme a ti si quieres, cariño?-

- Sí, por favor- sonríes.

El va arrastrando los pies ligeramente hacia adelante en el baño, volviendo a abrir el agua caliente cuando Jamie tenía razón, había comenzado a enfriarse. 

Se subió y se sentó detrás de ti, con las piernas a cada lado de tu cuerpo. Te arrastras un poco hacia atrás hasta que no puedes acercarte más, tu cabeza cae hacia atrás para descansar sobre su pecho. 

- Entonces, ¿cómo estuvo tu día, cariño?- pregunta, sus dedos masajean suavemente tu cuero cabelludo mientras te sostiene cerca de él. 

- Hmm, estuvo bien, supongo. Julie estaba allí, así que fuimos juntos a la hora del almuerzo a la nueva cafetería que acababa de abrir. Deberías ir cuando tengas la oportunidad, es mucho mejor que el de enfrente-

- ¿En realidad? También he oído cosas buenas al respecto, ¿tal vez podríamos ir mañana?- sugiere mientras una de sus manos cae sobre tu muslo. 

Tu mente te traicionó e inmediatamente te diste cuenta de cómo podías sentir su polla contra tu trasero mientras básicamente te sentabas en su regazo. 

Cuando tardaste un poco más en responder, Jamie notó que algo andaba mal. Por cierto, tu respiración se hizo más pesada, él sabía que estabas excitado, así que, siendo el imbécil que le gusta ser, decidió burlarse de ti. 

-¿Estás bien, amor?- pregunta, su mano frotando arriba y abajo de tu muslo, las yemas de los dedos casi rozando tu coño mientras tus muslos se presionan juntos. 

- ¡Sí!- asientes con la cabeza, alcanzando el gel de baño que estaba en el borde de la bañera. 

- No me gusta cuando me mientes, bebé- dijo, tirando de ti hacia él para que su pecho quedara presionado contra tu espalda- Ahora sé una buena chica, dime lo que necesitas-

Sus palabras te tomaron con la guardia baja y sentiste tu coño latir alrededor de la nada, tu cerebro comenzó a sentirse borroso cuando abriste la boca para hablar pero no salían palabras. 

- Vamos, cariño, usa tus palabras- él sonrió, sus dedos peligrosamente cerca de donde sufrías por él. 

- Necesito que me toques- te las arreglaste para decir, y lo escuchaste reírse. 

- Te estoy tocando, cariño- él dice, y tú pones los ojos en blanco. 

- Jamie, por favor- te quejas- Te necesito-  tomas tu muñeca en su mano- Por favor tocarme- llevas su mano a tu coño, abriendo un poco más las piernas- Donde solo tú puedes tocarme-

Sus dedos suben y bajan por tus pliegues y finalmente sueltas su muñeca, echas la cabeza hacia atrás y la apoyas en su hombro. 

- ¿Como esto?- él pregunta, su dedo índice encuentra tu clítoris, provocando pequeños círculos en la protuberancia. 

- Así- dices, relajándote con su toque y la calidez del agua. 

Sientes que su otra mano sube a tus senos, tomando una en su mano mientras masajea la carne antes de darle un tirón firme a tu pezón endurecido. Eso, junto con su dedo trabajando en tu clítoris, te acercó a tu clímax. Giraste la cabeza hacia un lado, mirando a tu novio antes de decirle: 

- Estoy cerca- jadeaste- Por favor, ¿puedes?-

Justo cuando crees que estaba a punto de dejar que te corras, apartó la mano y se ganó un gemido de tus labios. Agarras su mano de nuevo pero él era más fuerte que tú.

- Paciencia, amor- él se rió entre dientes, depositando un beso en tu mejilla, su mano demorándose en tu muslo. 

- Lo siento- susurras, tus ojos se cierran, sientes su mano deslizarse entre tus muslos otra vez. 

Sentiste que uno de sus dedos jugueteaba con tu agujero, antes de deslizarse con facilidad, ganándote un grito ahogado. 

Él bombea su dedo hacia adentro y hacia afuera lentamente, dejándote retorciéndose en su regazo, con ganas de más. 

- Está bien- dijo- Te tengo, cariño-

Su pulgar volvió a tu clítoris, frotando círculos lentamente, siguiendo el ritmo de su dedo. 

Dejas escapar un gemido cuando sientes que un segundo dedo se desliza dentro de ti junto al primero, él los enrolla en un movimiento de 'ven aquí', rozando las yemas de sus dedos contra el punto esponjoso dentro de ti, haciéndote ver estrellas. 

- Mierda- jadeas, cerrando los ojos con fuerza, mordiéndote el labio inferior- te sientes tan bien, mierda, no te detengas, por favor no te detengas- prácticamente suplicaste, tus uñas se clavaron en su muslo. 

- Esta bien bebe. Déjame ir, corre alrededor de mis dedos. Te ves tan bonita así, mi linda zorra, ¿eh?-

- Sí- hadeaste, tu corazón latía con fuerza en tu pecho- ¡Joder, sí!- gimoteas.

Tus muslos tiemblan cuando la sensación de calor blanco te alcanza, extendiéndose a través de tus venas como electricidad cuando finalmente te deshaces, enterrando tu cara en el cuello de Jamie. 

Te trabaja a través de tu subidón, sus dedos finalmente se deslizan fuera de ti cuando se dio cuenta de que ya habías tenido suficiente. Te sostiene cerca de él, pasando sus dedos por tu cabello húmedo mientras tratas de regular tu respiración. 

Después de unos momentos en este cómodo silencio, Jamie se mueve ligeramente para mirarte. 

- Creo que deberíamos salir, cariño. Las aguas se han enfriado- dice, sonriéndote suavemente. 

Asientes con la cabeza y te mueves un poco, permitiéndole salir del baño, tomando una de las toallas grandes y esponjosas que había sacado y envolviéndola alrededor de sus caderas. Tomó el otro y lo colocó en los cajones antes de ayudarte a salir del baño, tus piernas amenazando con colapsar debajo de ti. 

Esperabas llegar a casa después del trabajo y sentarte en la cama con un libro para relajarte, para tratar de olvidar el día que tuviste, pero la forma en que Jamie te ayudaba a relajarte parecía haber funcionado mucho mejor, ya que cuando te metías en la cama te caías. dormida casi al instante, en los brazos de tu novio.

One shot- Smut ||Where stories live. Discover now