Carlos Sainz-Piloto

7K 153 2
                                    

Resumen: es una cuestión de ego realmente, la forma en que Carlos necesita oírte rogar por él, llena de deseo, llena de necesidad. Si pudiera, te tendría así para siempre.




Todo lo que puedes sentir es la cálida presión de la lengua de Carlos contra tu muslo, los dientes rozando suavemente tu piel mientras dejas escapar un suspiro tembloroso.

No sabes cuánto tiempo llevas ahí, con las piernas abiertas y la cabeza de Carlos bien metida entre ellas. Todo lo que sabes es que Carlos se estaba tomando su tiempo, marcándote como suya mientras sus dedos continúan provocándote, burlándose de ti, presionándote a un ritmo tortuoso.

Su otra mano sujeta tu cintura con un tornillo de banco, sin dejarte levantar las caderas. Tus suaves gemidos no lo molestan, sino que lo alientan a ir más lento, a presionar justo al lado de donde más lo necesitas.

- Podemos estar aquí toda la noche- él sabe lo que quiere, una sonrisa en sus labios mientras te observa agarrar las sábanas.

La vista es como un éxtasis para él, le encanta verte desmoronarte, deseando más mientras juega contigo correctamente , pero no lo suficiente .

Él está esperando, trabajando pacientemente tu cuerpo de la manera que sabía hacerlo. Sabe que lo quieres , pero quiere que lo necesites, que supliques por él, que le demuestres que solo él puede hacerte llegar.

‐ Carlos- su nombre apenas sale como un susurro, las caderas presionan contra su agarre mientras tu desesperación comienza a mostrarse.

Él chasquea la lengua ante tu intento de pedir más, los ojos van a mirarte.

- Cariño, tienes que rogar- puedes escuchar la arrogancia en su voz, y solo puedes jadear al sentir sus dedos clavándose más profundamente.

- Por favor Carlos‐ dices tan pronto como él te roba el sentimiento, desesperada por más.

Intentas mirarlo, sus ojos se cruzan casi instantáneamente.

- ¿Qué necesitas bebé?-

Aparta los dedos, sin verse afectado por la forma en que gimoteas por la pérdida. En cambio, su dedo va a juguetear con tu clítoris mientras su lengua lentamente desliza tus pliegues, y oh .

- Necesito más, por favor- lo dices con tanta amabilidad, con tanta dulzura que Carlos no puede evitar mojar la lengua.

Tu sabor es embriagador y él ni siquiera detiene tu mano mientras se dirige hacia su cabello. Levantando las caderas para encontrarse con él.

Él ya te quiere, quiere cogerte, oírte deshacerte debajo de él, hasta que no puedas más, pero él no puede, todavía no. No hasta que le digas lo que más quiere oír.

- Dime lo que necesitas-

Tus ojos se encuentran, él se ve casi tan desesperado como el tuyo. Su mano está de vuelta en tu muslo, negándote el placer de presionarte contra él.

- Por favor- suplicas, con la mente inundada de deseo.

Agarras suavemente su cabello un poco más, mirándolo suplicante.

- Dime- es una demanda, sus dedos se clavan en tu muslo con tanta fuerza que estás seguro de que dejará un regalo para la mañana siguiente.

- A ti, Carlos. Te necesito. Por favor‐

Carlos sonríe, disfrutando de tus palabras.

- Bien, buena chica, todo lo que necesitabas era decirlo- dice mientras vuelve a cerrar el espacio entre sus cuerpos.

Se asegura de memorizar cada movimiento que hace, la curvatura de cada dedo, cada movimiento de su lengua, la forma en que tu cuerpo responde a cada toque suyo. Es adictivo escucharte, saborearte, ser la razón por la que te deshaces.

Entonces lo hace una y otra y otra vez, tantas veces como le dejes, tantas veces como le pidas.

Sin embargo, siempre quiere oírte decir las palabras, para rogar por él. Porque no solo lo querías, lo necesitabas y hará cualquier cosa para asegurarse de que nunca lo olvides.

One shot- Smut ||Where stories live. Discover now