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🍕 Capítulo 23 🍕

Michael levantó la cabeza. Vio que Jeremy retenía a Edmund en el suelo, siguió tosiendo, miró hacia adentro del edificio, Charlotte lo miraba desde la ventana, con el rostro horrorizado.  Sus hermanos no se veían por ningún lado. De pronto sintió que el sonido de un auto se acercaba. Era morado. Michael sentía que se le volcaba el mundo. Una figura alta y escuálida salió de allí. Era su padre. Siguió tosiendo, intentando recuperar el aire perdido y se sentó en el suelo.

Los ojos de William eran inexpresivos. Quizá era rabia, o vergüenza, o quizás pena. Pero Michael no logró identificar qué era lo que sentía su padre de la situación. Lo que él sí sentía, fue pudor. Como si lo hubiesen encontrado desnudo en el bosque.

-¡Suéltame! -Gritaba Edmund, mientras Jeremy lo retenía- ¡Voy a mostrarle una razón para quejarse a ese imbécil.

El rubio, al ser tan alto y atlético pudo contenerlo. Miró hacia arriba, y se encontró frente a frente con William.

-¡S...Señor Afton! -Jeremy sintió que Edmund comenzaba a sacar fuerzas de donde no tenía, y a empujarlo. El rubio intento contenerlo, pero William se acercó.

-Muchacho aléjate -Le dijo William. Michael respiraba agitado, le daba algo de miedo ver a su padre de esa forma. Tosió.

Jeremy se echó para atrás, mientras veía que William tomaba del brazo de su antiguo amigo. Los ojos azul grisáceo de su padre lo miraron, juzgandolo. Edmund colgaba de aquel agarre firme, intentó liberarse, pero fue en vano. William era fuerte, y aquello inquietó de cierta manera a Michael, recordando las cosas que escuchó y vio gracias a Cassidy.

-Dime, chico, ¿Qué se supone que le ibas a mostrar a mi hijo? -Edmund puso cara de horror al darse cuenta que era William Afton.

Lo que más lo perturbó fueron las marcas en los brazos de él, que no ocultaba en lo más mínimo, llevando una camisa morada con mangas cortas. Las marcas eran rosadas, con un complejo entrelazado de cicatrices, en las que alguna vez los resortes provocaron las heridas. Edmund comenzó a tartamudear. William lo observó atento mientras lo tiraba del brazo para que se levantara. Logró poner al adolescente de pie, pero no lo liberó.

-Voy a repetir de nuevo la pregunta, ¿Qué es lo que querías mostrarle a mi hijo? -Edmund sintió que sus piernas empezaban a tiritar-. Mira, McVicker, conozco a tú padre. Y sé que no es la mejor vida, pero uno elige que hacer frente a eso.

William daba miedo.

-Yo estuve alguna vez en tu posición -Le dijo-. Lo único diferente de ti, fue que elegí cambiarlo -William soltó el brazo de Edmund y este lo miró, despavorido-. Espero que esto te sirva como lección. Y aléjate. De. Mi. Hijo.

Edmund se tocó el lugar de donde lo agarró William, le dolía. Este, sin decir una palabra salió corriendo, alejándose de ellos, y de todo. Michael observó algo espantado. Charlotte salió de dentro del edificio, y sus hermanos pequeños también. No sabía exactamente como sentirse.

-¡Tío Bill! -Exclamó Charlotte acercándose. William recibió un abrazo de parte de su ahijada. Él la miró, sintiendo una especie de compasión-. ¡Lo siento! Intenté que ellos no vieran a Mike, pero, ay ¡Lo siento, tío Bill!

-No te disculpes, Charlie. Esto es algo de Mike. Tengo que resolverlo con él -Cuando su padre mencionó su nombre, Michael sintió que un sudor frío le recorría la espalda.

-¡Papá! -Gritaron los pequeños. Él los recibió con los brazos abiertos. Charlotte se alejó, algo apenada.

-¿Están bien? -Ellos asintieron- ¿Le hicieron caso a su hermano y a Charlie? -Volvieron a asentir-. Bien hecho chicos. Vayan al auto. Tú también Charlie.