Recomponer | Five Nights At Freddy's |

🍕 Capitulo 34 🍕

Michael estaba ansioso. Ya había consumido toda una caja de chicles, lo que normalmente masticaba en un mes. Estaba todo el tiempo con ansiedad. Se preguntaba cuando su hermano iba a despertar de aquel coma. No quería pensar en qué Evan estaba al borde de la muerte todo el tiempo. Pero tampoco aceptaba las palabras amables de todos. Sabía bien que él podía haber hecho algo, lo sabía bien.

Los días se hacían solitarios. Él dejaba a su hermana con Charlotte, o Charlotte venía a su casa. Tampoco quería que su hermana se sintiera mal todo el tiempo. Verla sonreír y reír lo tranquilizaba. Pero Michael no estaba así. A veces sentía el frío de las manos de Cassidy rodear su torso, junto a las extrañas anomalías que hacía para comunicarse con él.

Michael de vez en vez, se quedaba en su cuarto, mirando el techo, jugando con una pelota saltarina, mientras pensaba. La pelota rebotaba en la pared. La atrapaba. Volvía a tirarla. Y volvía a rebotar. Así, por horas. Veía la televisión, intentando distraerse en dramas sin sentido. Dramas de un vampiro y una rubia. De algún amor mexicano. De algo que no le recordará a Evan. Pero todo lo hacía.

Cassidy tampoco quería invadir a Michael en cada momento, por lo que entraba en un estado inactivo, donde sólo percibía la tensión o que algo había pasado. Era su forma de descanso, aunque no lo era realmente. Simplemente dejaba de pensar.

Michael estaba recordando cuando recién comenzó a hacerse amigo de Edmund. Al principio le daba miedo. Recordó que estaban en una tocata, con un muchacho más, que luego conocería como "el pecas", un muchacho algo delgado y de tez pálida, junto a un pelo marrón hondulado largo. Edmund tocaba el bajo, siempre le gustó. Él tocaba la guitarra, de una forma bastante mala. Cuando se tomaron un descanso de tocar, se acercó. Los dos estaban tomando agua.

-¡Vaya, tocan muy bien! -Mintió Michael, para agradar-. ¿Puedo ver tu guitarra?

"El pecas" lo miró con algo de sorpresa, pero no comentó nada. Tomó la guitarra, y la extendió.

-Ni se te ocurra hacerle algo a esa guitarra, Afton -Dijo Edmund-. Me costó demasiado conseguirla como para que la arruines.

-Yo no arruino las cosas -Respondió, mirando la guitarra. Era roja, brillante, con algunas rayas de maltrato-. Tengo mala suerte.

-Lo que tu digas -Suspiró Edmund, tomando un sorbo de agua.

-¿Puedo probar a tocarla? -Michael observaba las cuerdas con delicadeza.

-¿Huh? -Edmund dejó la botella de un lado-. ¿Sabes lo que haces?

-Sí -Respondió.

Su padre tocaba la guitarra acústica. Solía hacerlo mucho, cuando Elizabeth aún no nacía, siempre vio tocarla. Su madre se sentaba con él, y cantaban canciones juntos. Se reían. Michael era muy pequeño, pero lo observaba, con sus grandes ojos azul grisáceo, expectantes. A veces William golpeaba la guitarra mientras cantaba al unísono con Clara. Cuando cumplió al rededor de ocho años, William le enseñó a tocarla. Era un poco impaciente, pero le tomó el ritmo rápidamente. Fue un niño rápido. Sus dedos a duras penas alcanzaban las cuerdas, y la guitarra era enorme para su pequeño cuerpo, pero su padre lo ayudaba. A pesar de su impaciencia, le ayudaba a crear los acordes. Michael logró aprender guitarra, y le gustaba. Pero desde que se sentía alejado, no tocó más esa guitarra. Eventualmente pasó a las manos de Henry.

-Bien, ¿Te sabes la de "Another one bites the dust"? -Edmund miró con picardía a Michael, como deseando que no lo hiciera.

-Sí, tengo el cancionero -Respondió. Edmund se mordió el labio sonriendo. Murmuró algo entre dientes.

Se levantó, tomó el bajo y se miraron. "El pecas", los veía boquiabierto. Michael cerró los ojos. Recordó cuando salió la canción. Cuando su padre y él estaban tocando, y como Evan siempre los interrumpía. Como siempre se iba con él a jugar, y lo dejaba con la guitarra. Este era un nuevo comienzo, sin William. Su destino era suyo. El bajo sonaba. Comenzó a tocar, sin problemas. Sus dedos se deslizaban. Era casi natural para él.