Parte 23

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Habían pasado como dos días, Hazel se decidió en no volver a pensar en el "asunto", le provocaba angustia el pensar que quizás no podría dejar descendencia, pese a que, al mismo tiempo, la alegraba no tener que pasar por un embarazo a tan temprana edad.

-¿Haz? –Le llama la atención, su madre, Elianne - ¿Estás aquí?

-Sí, sí, sólo pensaba en Cliff, escuché en la radio que les estaba yendo muy bien, pero sigo sin noticias, prometió escribirme cuando llegara y aún no hay nada.

-Entiende que el correo casi siempre tarda, será cuestión de esperar.

En eso tocan el timbre, los tres intercambiaron miradas.

-¿Será...? –Pregunta Louis. La que se levantó fue Elianne.

-Una carta... viene desde Wyoming–Comenta la mujer pero no terminó de leer, que Hazel ya le había quitado la carta de sus manos, tenía que ser de Cliff.

-Iré a leerla –Dijo y se apresuró a ir a su habitación, necesitaba privacidad, no vaya a ser que Cliff le haya escrito algo subido de tono y se pusiera a sonreír como una tonta, sus padres podían llegar a entrometerse y querer leerla.

Sin quererlo, dio un portazo, y se arrojó a la cama, abriendo con violencia y necesidad el sobre. Lo imaginaba sentado escribiendo palabras bonitas, le encantaba su rostro cuando se sentaba a componer o a idear historias fantasiosas para pasar el rato, tan concentrado, serio, profesional; dio un suspiro antes de comenzar, pero ya notó algo raro: no era su letra normal, estaba muy desprolija.

Querida Everly, cómo te va. Si mi letra se ve un poco agitada es porque estoy en la parte trasera del camión bajando por la autopista. Acabamos de salir de Wyoming, son cerca de las 4 pm.

Anoche tuvimos un pequeño percance, Dave conducía y Lars y yo estábamos en la cabina cuando nos topamos con una parte muy congelada de la autopista.

Dave perdió el control y nos fuimos totalmente de lado (en este camión de 7 metros con 9 pequeñas camionetas enganchadas en la parte trasera), nos deslizamos fuera de la carretera y nos detuvimos.

Salimos y miramos a nuestro alrededor y después de un par de minutos un jeep que venía en dirección contraria giró y se estrelló contra la cabina de nuestro camión, por suerte no había nadie en la cabina, Mark estaba casi en medio, pero nos oyó gritar y se movió. La mitad de los coches que venían por la autopista los vimos quedar de lado.

Otro tipo se salió de la carretera a unos 60 metros detrás de nosotros y a unos 2 minutos por la autopista un gran camión con 2 grandes remolques de materiales se salió de la carretera y rompió en pedazos. Fue una locura. No podíamos sentarnos en el camión mientras esperábamos a la grúa porque podríamos haber sido golpeados de nuevo por otro vehículo.

Mis pies se enfriaron tanto en la nieve que pensé que podría perder los dedos por congelamiento. Pero después de un rato la grúa vino y nos llevó a la ciudad (Laramie) donde conseguimos una habitación de motel para pasar la noche.

Hace un frío de mierda en la parte de atrás del camión, hay nieve por todas partes, es bonito de ver, pero hace demasiado frío.


Se quedó perpleja, ahora estaba más que preocupada, sabía que él estaba bien, pero a su vez su peor pesadilla parecía estar haciéndose realidad, no quería que algo le pasara, y mucho menos tan lejos ya que de ése modo ella no podría estar para él. En esos momentos en lo único que pensó fue en poder darle un abrazo.

-Si tan solo estuviera allí –Se lamentaba en soledad.


A la mañana siguiente, los chicos ya estaban subiéndose a un avión para llegar a Chicago, donde darían sus últimos conciertos, que serían grabados.

For Whom The Bell Tolls - (Cliff x OC)Where stories live. Discover now