Parte 42

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Era el tercer día en L.A y las cosas iban de maravillas, Jason y Hazel fueron haciéndose amigos con tanta rapidez, que ahora se reunían sin necesidad de un concierto en el medio. Jan y Hilary, le daban tips de maquillaje a Haz y la ayudaban con su estilo de ropa porque ella lo pedía, ya que necesitaba estar presentable para Jason, aunque esto nunca lo admitiría por una cuestión de orgullo.

La última salida que acordaron, sería una caminata por una plaza que ninguno de los dos conocía, pero se les hacía atractiva. Lamentablemente, la presencia de vagabundos adictos y gente reacia a los turistas, no hizo muy amena la cita, y Jace le sugirió que estarían mucho mejor en el hotel donde estaban él y la banda alojados. Allí tomaron un café y hablaron de todo un poco...

-¿Viste como se nos fue encima? -Se quejaba, Hazel, recordando a un borracho que los había perseguido en el parque - ¡Nos tenía fichados!

-Sí, los chicos me advirtieron que no era un buen lugar para llevar a una dama, pero es que ¿Quién no quiere tener una cita en un parque? Me parecía lo normal.

-Descuida, fue divertido de todos modos, es... una anécdota que atesoraré -Responde, viéndole el lado positivo a la situación.

-Pero tuviste miedo -Le recuerda, Jason, sonriendo.

-No es cierto, me puse firme.

-¿Firme? Sí, te aferraste con firmeza a mi brazo.

-¿Qué esperabas? ¿Qué me le enfrentara?

-No, pero te tenía como una chica con carácter, no pensé que te asustarías tan fácil.

-¡Yo no me asusto fácil! -Contestó haciéndose la indignada, y le arrojó un bollo de servilleta – Aunque debo admitir que tú actuaste rápido, yo no sabía cómo reaccionar.

-Bueno, alguien tenía que sacarnos de allí.

-Y..., cambiando de tema ¿Tienen otra presentación?

-Me temo que no, debo regresar a Phoenix mañana por la tarde.

-Oh -Dice, apenada, dándole un sorbo a su taza de café. Se le cruzó por la cabeza que quizás él no quería decírselo a propósito. Luego de tragar y bajar la taza, se encontró con la mirada de él, que la observaba sonriente. - ¿Qué?

-Iba a decírtelo ayer, pero con el concierto y las cervezas que bebimos, lo olvidé por completo, lo siento... ¿Pensaste que no iba a decirte nada?

-La verdad que sí -Respondió, avergonzada.

-¿Cómo no voy a decírtelo? Además, me gustaría que nos siguiéramos viendo.

-Bueno eso será complicado porque yo estoy en San Francisco y tú en Michigan, pero quizás podamos aprovechar algún concierto.

-No, digo, sería genial, pero... me gustaría salir así como hicimos hoy: paso a buscarte, paseamos y comemos en algún lugar..., una cita como corresponde.

-Entonces supongo que no nos quedará otra que aprovechar éste día... y sé cómo aprovecharlo -Respondió y, enseguida, sacó el dinero para pagar los cafés y lo dejó bajo uno de los pequeños platos.

-Espera, quería pagar mi parte.

-Olvídalo, ven, vamos.


Se tomaron un taxi y, de nuevo, él se encargó de pagarlo antes de que ella pudiera sacar su billetera. Hazel iba a protestarle, pero Jason posó su mano sobre su rodilla para transmitirle calma y, como por arte de magia, no pudo emitir palabra, su tacto la había dejado muda y prefirió mirar el recorrido, sin evitar soltar una risa; Jace hizo lo mismo, quedó con su vista en la ventana, viendo las casas y como pasaban otros autos.

For Whom The Bell Tolls - (Cliff x OC)Where stories live. Discover now