Capitulo 7

490 83 8
                                    

Los golpes en la puerta hicieron que Hyung Sik se alejara de manera repentina, dándole libertad al pelicastaño para poder limpiarse y tomar su ropa para cubrirse entre movimientos temblorosos.

Alzó su vista, intentando sonreír como si todo siguiera con normalidad cuando los ojos de Vegas se clavaron en él, fríos y llenos de juicio. Veía la falta de comprensión en su niñero, más su opinión no debía de ser tan relevante y no podía permitir que aquel nudo se formara en su estómago por la forma en que estaba siendo cuestionado de manera tácita.

— ¿Acaso te molesta que no pudiésemos seguir contigo aquí, niñero? —preguntó con burla, acercándose a Vegas y deteniéndose a centímetros—, seguro fantaseas cada noche con lo que ves en esta oficina, ¿No es verdad?

Vegas contuvo el impulso de rodar sus ojos, regresando su atención a Hyung Sik, quien terminaba de recibir información de Kinn.

Su jefe volvió hacia donde se encontraban, sosteniendo la cintura de Pete con firmeza para forzar una distancia entre su joya y el pelinegro en un movimiento, más sin apartar la vista de Vegas.

—Supongo que hoy no podré seguir jugando, bebé. Tengo trabajo que hacer —dijo besando el cuello de Pete, procurando marcarlo mientras sus dedos se clavaban en su cintura para mantenerlo quieto en su lugar—, llévalo a casa, hoy no es necesario que regrese... Tendremos una audición.

Vegas frunció el ceño, viendo a Pete palidecer al escuchar a Hyung Sik. — ¿Otra vez, Señor?

Hyung Sik rió, restándole importancia. —Tuve un pedido especial—dijo con una expresión que Vegas fue incapaz de definir—, no puedo fallarle a mis amigos, ¿No es así? Sería irresponsable de mi parte si permitiera que alguien fuese infeliz en mi amado Velvet.

Se ahorró la respuesta, después de todo, su opinión era irrelevante en aquel sitio debido a su posición. Sin más que hacer en ese lugar, caminó hacia la puerta y la sostuvo hasta que Hyung Sik liberó el cuerpo del pelicastaño, quien caminó con su actitud soberbia de siempre, ignorando a Vegas una vez más en su camino fuera del Club.

Lo siguió hasta la motocicleta, sintiéndose ligeramente aliviado de que aquel día su trabajo pudiese terminar antes. Sólo debía evitar que el pelicastaño actuara de forma imprudente y podría descansar al fin luego de días en que su mente estaba hecha un caos.

El desgaste mental que su trabajo provocaba se volvía más de lo que en un principio creyó y ahora era capaz de notarlo.

—Quiero ir a beber—Pete habló, interrumpiendo sus pensamientos, sus dedos acariciaron suavemente la motocicleta de Vegas mientras esperaba por su niñero, quien dejaba sus ojos seguir el movimiento de sus dedos, por completo ausente—, no quiero volver a casa aún.

—El Señor Hyung Sik me ordenó...

—Te dije, eres mi jodido perro y haces lo que yo quiera —lo interrumpió con frialdad.

Exhaló cansado. —No recuerdo que sea usted quien pague mis servicios.

—Quiero ir a beber—repitió. Ahora con una sonrisa llena de arrogancia curvando sus labios—, y si no me llevas tú, otro fácilmente podrá hacerlo. Así que tú decides si dejarás que la joya más valiosa de Hyung Sik termine en manos indebidas o haces tu puto trabajo y me obedeces.

—Señor...

—Bien, como quieras. Seguro algún imbécil podrá darme lo que quie... ¡Hey!

Frunció el ceño cuando Vegas tiró de él, deteniendo su intento por buscar a alguien más. La mirada del pelinegro no expresaba emoción alguna y su mano se cerraba con fuerza alrededor de su brazo, sin llegar a lastimarlo.

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now