Capitulo 33

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Su ceño se frunció profundamente al no encontrar a Minjae a su lado. No era muy difícil adivinar que su novio había salido muy temprano en búsqueda de algún trabajo que pudiese ayudarlos.

Suspiró con desgano, levantándose sólo para encontrar el dinero suficiente para poder ir y tomar un baño. Sus ojos entonces se posaron en aquel abrigo, sintiendo su corazón acelerarse por el nerviosismo.

Tomó el abrigo con cuidado, preguntándose cuánto podría conseguir si lo vendía, después de todo aquel hombre no usaría ropa barata y sin clase. Probablemente podría conseguir muchísimo incluso si conseguía una fracción de su valor real.

Relamió sus labios, decidiendo al fin por vender aquella prenda. Sus manos entonces revisaron los bolsillos para asegurarse de que todo estuviese en perfectas condiciones, frunciendo el ceño al sentir el pequeño trozo de cartón doblarse con el roce de sus dedos. Sacó la tarjeta, viendo el nombre y el teléfono grabado en dorado.

—Club Velvet... —rió amargamente al leer el nombre de aquel lugar—, puto imbécil pretencioso...

Parte de su mente le advirtió de forma automática en el momento en que recordó las palabras de Hyung Sik. Aquel sujeto extraño había dicho que deseaba verlo feliz... Había ayudado a Minjae pese a haber recibido insultos...

Y necesitaban ayuda...

Alejando las dudas, tomó el poco dinero que aún tenía y corrió en busca de algún teléfono, marcando con manos temblorosas. El sonido de espera sólo empeoraba su ansiedad, sus manos sudando y su corazón latiendo dolorosamente, tanto así que sus oídos parecían zumbar.

Contuvo la respiración en el momento en que escuchó su voz.

Alejando el auricular de su oído, demasiado asustado como para seguir. Pero llevaban días sufriendo sin poder comer más que lo suficiente para no caer desmayados...

Inhaló profundamente, volviendo a tomar el teléfono antes de que la llamada se cortase —Es Pete—anunció con voz apenas audible—, yo... Yo quisiera hablar...

Lo escuchó reír con suavidad a través de la línea, lo que sólo envió escalofríos por su columna. — ¿Quieres hablar conmigo? ¿Por qué?

—Por favor... —tragó saliva con dificultad, negándose a obedecer la parte de su cabeza que repetía una y otra vez que se equivocaba—, por favor, realmente necesito que hablemos...

Amo tanto escuchar eso, bebé. Ve a la estación de policías donde tu príncipe fue retenido. Enviaré alguien por ti... No sabes cuánto esperé esta llamada, Pete.

Susurró una despedida, dirigiéndose hacia el lugar acordado sin demora; su respiración se estancó en sus pulmones al ver el automóvil esperando y a uno de aquellos hombres que solían acompañar a Hyung Sik.

Sonrió con nerviosismo cuando el sujeto abrió la puerta del automóvil, cerrándola por él apenas se encontró dentro del vehículo.

Sus manos se movían inquietas sobre su regazo, viendo cambiar rápidamente el paisaje fuera del vehículo. Aquel lado de la ciudad nada tenía que ver con lo que acostumbraba y era obvio que Park Hyung Sik realmente contaba con mucho dinero. Maldijo mentalmente aquello que sólo pudo catalogar como una injusticia luego de todo lo que Minjae y él sufrían.

— ¿Dónde mierda estamos? —. Su pregunta sonó llena de miedo cuando el vehículo paró en un estacionamiento subterráneo, mas el conductor sólo ignoró sus palabras y bajó, rodeando el automóvil para abrir su puerta—. No voy a ir a un puto lugar si no me dices dónde estamos, imbécil.

Untouchable - VegaspeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora