Capitulo 46

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Sonrió cuando vio a la joya de Hyung Sik entrar al lugar junto a su
guardaespaldas. Aunque no fuese algo notorio, quedó claro para Tay que lo que fuese pasara durante la semana, ya no estaba siendo un problema entre ellos.

Vegas no estaba tocándolo siquiera, pero su presencia parecía envolver por completo a Pete, como si nada pudiese tocarlo en absoluto a su lado.

Era divertido, porque la regla máxima del Velvet no había impedido que aquella intimidad se formara entre ellos. Comprendía ahora la orden de Kim, pues dudaba que el oficial Vegas fuera a permitir que algo se acercara a Pete.

Una risa escapó de sus labios, muriendo sofocada por una de sus manos al pensar lo desesperado que debía estar su Superior por alejar a Vegas del Velvet, como para dejarle a libertad de acción.

Después de todo, su asignación estaba próxima a finalizar fuera como fuese.

En ese momento, no pudo evitar que una de sus cejas se arqueara al notar que Vegas se encontraba sin Pete, dándole la oportunidad perfecta para cumplir sus órdenes.

Se dirigió hacia donde Vegas, sin prestarle atención a las miradas curiosas de las otras joyas; era conocido lo fácil que la joya más valiosa perdía su temperamento cuando alguien intentaba hacerse de lo que, a su opinión, le pertenecía.

Sin temor y totalmente concentrado en su nueva misión, invadió el espacio personal de Vegas sin medirse. Una sonrisa se extendió por su rostro al ver cómo, de forma inconsciente, el pelinegro intentaba separarse.

Sin pensarlo, acarició el pecho de Vegas hasta que sus manos descansaron en su cinturón, tirando de él sin pudor alguno.— ¿No está demasiado solo? No es justo que en el paraíso del Velvet, un hombre esté con esa expresión de tristeza. Si quiere, podría ocupar el lugar de la joya del Señor Hyung Sik mientras tanto.

Con cuidado, movió el cuerpo de Tay, conteniendo las ganas de rodar sus ojos al ver cómo desde la distancia, Kinn sacudía su cabeza en desacuerdo. —Mi trabajo no es jugar con las joyas, pero
seguro que alguien más querría.

Tay rió, relamiendo sus labios sin moverse ni un sólo centímetro.
— ¿Acaso la joya del jefe es tan inolvidable? Creo que podría hacer un mucho mejor trabajo complaciéndolo.

Frunció el ceño al escucharlo, conteniendo la respiración cuando
Tay se acercó aún más. Su actitud era abrumadora, por lo que comprendía porqué muchos de los clientes especiales de Hyung Sik caían por el chico; Tay sabía perfectamente lo que hacer para ganarse a las personas, lo que lo convertía en un rasgo terrorífico en verdad.

—En verdad me gustaría saber qué es lo que ve la joya del Señor Hyung Sik en usted.

Susurró, demasiado cerca de Vegas. Era obvio que el pelinegro intentaba mantenerse firme en su posición y que en realidad no se sentía atraído, pero también era consciente de que aquel
acercamiento había sido demasiado para que la mente de Vegas lo procesara.

Y sólo necesitaba aquellos segundos en que su mente estaba en blanco para lograr su cometido. Tenía sólo aquella ínfima ventana de dudas, la cual no
desaprovechó en el momento en que por su visión periférica, notó a Pete entrar al salón principal del Club.

Kim le había ordenado desatar el caos y sacar a Vegas del Velvet antes de que pudiera seguir hundiéndose en esa miseria, y sabía que aquello era su última oportunidad para liberar a su 'compañero'.

Sin detenerse, empujó su cuerpo contra el de Vegas y lo besó de forma impetuosa, sin tomar en cuenta la falta de respuesta y preparándose para lo que sabía, iba a suceder.

Antes de alcanzar a registrar lo sucedido, sintió el violento agarre
en su cabello para alejarlo de Vegas, su cuerpo siendo empujado con
violencia al piso, botando mesas y sillas en el proceso.

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now