Capitulo 10

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Una amplia sonrisa tiró de sus labios cuando lo vio acercarse. Sus brazos rodearon su cuello, correspondiendo sin tardar aquel beso y deseando poder extenderlo por mucho más tiempo.

Ni siquiera la lluvia que caía sin tregua sobre ambos, empapándolos por completo, parecía importar. Daba igual, porque estaban juntos y con eso bastaba, como siempre.

Debemos buscar un lugar donde pasar la noche. Musitó contra sus labios, sonriendo ante la sensación cálida que se extendió por su cuerpo; oleadas de afecto que sólo volvían cada momento uno especial para ambos.

Sonrió, moviendo su nariz contra la de él que ahora sostenía su cintura con cuidado de no lastimarlo.  ¿Es que ya no te agrada nuestro palacio bajo el Yanghwa? Creo que es lo más romántico que pudiste darme. Sexo bajo las estrellas... O bajo la lluvia, ¿No lo crees? dijo con diversión, arrancando un suspiro lleno de cansancio por parte del chico que seguía abrazándolo, moviendo suavemente sus dedos sobre la tela mojada que se apegaba a su cuerpo.

—No es divertido replicó, pese a que agradecía la forma en la que el pelicastaño intentaba no hacerlo sentir culpable por toda aquella situación

No me agrada tenerte bajo la lluvia, Pete. No se suponía que iba a ser así, amor. Deberías tener todo y más... Te saqué de ese puto infierno para que fuéramos felices y en cambio... En cambio, sólo puede tenerte aquí...

Tú no me sacaste. Yo decidí que no quería tener más esa vida de mierda... Estamos juntos, Minjae. Yo decidí que estar contigo era mejor que todo aquello.

Vio la culpa en sus ojos, por lo que Pete sostuvo su rostro entre sus manos con afecto, besándolo una vez más con lentitud y tomándose todo el tiempo necesario para tranquilizarlo, como cada vez que parecía decaer en su ánimo.

Minjae tenía que comprender que ambos habían decidido y no debía sentirse agobiado por culpa y arrepentimiento. Estaban juntos y eso era lo único que debía importar.

Deberías tenerlo todo, Pete.. —susurró contra sus labios, odiando la forma en la que el cuerpo del pelicastaño temblaba ligeramente por el frío.

¿Estás ofreciéndome el mundo, Minjae? habló con calma, con todas sus emociones arremolinándose ante la cercanía de la única persona que importaba en su vida.

Sí, quiero darte todo el puto mundo respondió con una sonrisa cansada.

Rió, abrazándolo de forma efusiva. Las manos de Minjae se cerraron con más fuerza en su cintura, contagiándose de la risa de Pete. No te arrepientas luego, Minjae.

Minjae asintió, hundiendo su rostro en el cuello del pelicastaño, sonriendo cuando los dedos de Pete acariciaron lentamente su cabello empapado. Nunca. Nunca podría arrepentirme contigo a mi lado.

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Sus ojos se mantenían fijos en la espalda de Pete, quien movía uno de sus pies con impaciencia mientras esperaban que el ascensor alcanzara su piso.

El golpeteo resonando de manera irritante en el espacio en el que se encontraban. Su mano alcanzó su arma de manera inconsciente, sintiendo el peso volverse sofocante, respirando con profundidad para encontrar calma ante el recuerdo de lo sucedido en la oficina.

Untouchable - VegaspeteOnde histórias criam vida. Descubra agora