Capitulo 38

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        Cada vez que se encontraba a su lado, Hyung Sik le mostraba todo lo que siempre creyó merecer.

Lo idolatraba de una forma que se volvía totalmente embriagadora, seduciéndolo con dulces promesas de un mejor porvenir, barriendo con sus límites y destruyendo cualquier barrera de forma cuidadosa.

         Y pese a que el miedo seguía estando presente, la comodidad junto a Hyung Sik comenzó a volverse frecuente.

         En todos aquellos encuentros, Hyung Sik jamás lo había forzado a algo más y nunca traspasaron los límites de besos ansiosos y apasionados, pero aveces el deseo comenzaba a quemar, tal vez a causa del alcohol en su sangre o las promesas que flotaban tácitas entre ellos cada vez.

          Como en esta situacion, donde Hyung Sik se levantó, empujando su cuerpo contra la mesa para subirlo sobre la superficie, apenas registró el sonido de platos y copas destrozándose.

Extendió su cuerpo, dejando que la lengua de Hyung Sik siguiera su camino por su piel; las manos del mayor vagando por su cuerpo y perdiéndose en caricias que a ratos se volvían desesperadas.

           Su cuerpo se estremecía ante la intensidad de toda la situación, buscando soporte en el cuerpo de Hyung Sik mientras su cordura lo abandonaba por completo

No era en absoluto lo que había esperado o deseado siquiera, mas ahí estaba sintiendo su cuerpo ser golpeado por sensaciones que no podía explicar del todo.

   — ¿Debería llevarte a casa ahora, bebé? —preguntó con suavidad, separándose de Pete.

          —Deberías...

           Hyung Sik sonrió al escucharlo. Era obvio que estaba en un conflicto emocional.

            Apenas Pete estuvo listo para volver, lo dirigió hacia el automóvil para llevarlo hacia la bodega que compartía junto a Minjae.

           El camino fue por completo silencioso, pero no iba a tentar la suerte con Pete. No iba a forzarlo nunca, confiado de que, al final, sería el mismo  Pete quien llegaría a sus brazos por completo.

          —Déjame aquí. No quiero que Minjae te vea.

             Sonrió. — ¿Seguro?

          Tomando una profunda respiración, movió su cabeza en forma afirmativa; su labio siendo torturado por sus dientes mientras el automóvil se detenía para permitir que bajase.

          —Gracias. N-Nos vemos, supongo.

          —Pete—llamó, llevando su mano hacia su rostro para acariciarlo con afecto, acercándose luego para besar su mejilla con movimientos controlados, una sonrisa tirando de sus labios al notar la confusión en su invitado—, ve con cuidado, bebé. No quisiera que una joya tan perfecta como tú sufriese algún daño.

          —Uhm, sí... También ten cuidado...

          Bajó del automóvil, caminando sin detenerse a esperar que Hyung Sik se alejara.

Iba sumido en sus pensamientos, que no pudo controlar el sobresalto al ver a Minjae sentado sobre su cama, esperándolo con la preocupación grabada en el rostro.

          Tragó saliva, sonriendo débilmente. Sus dedos jugaron con el borde de su ropa, dando cortos pasos hacia su novio.

          — ¿Dónde estabas?

Untouchable - VegaspeteWhere stories live. Discover now